Inicio > Espiritualidad > “Esperanza contra natura”, por Carlos Osma

“Esperanza contra natura”, por Carlos Osma

Martes, 15 de diciembre de 2015

hopeDe su blog Homoprotestantes:

La esperanza siempre es mayor en quien más tiene, e intenta escapar de quienes no la conocen para alcanzar el cielo de los esperanzados, de los que sueñan con imposibles porque han nacido en lugares donde es posible conseguir los sueños. La esperanza se eleva, jamás desciende, ese es su desplazamiento natural. Abajo deja el mundo que no es mundo, que no necesita nada ni merece nada. Sólo los escogidos, quienes nacieron con alas, pueden seguir el movimiento de la esperanza.

No todas las esperanzas son iguales, también éstas están graduadas, y crean a su alrededor espacios donde cada una de ellas puede ser vivida, y a la vez donde jamás podrán vivirse. La esperanza divide, recoloca a cada cual en su sitio, le enseña desde la infancia que es lo máximo a lo que puede aspirar, con quien puede uno compartirla y con quien no, que se merece y que se debe padecer. Las esperanzas no igualan, sino que perpetúan las diferencias de todos los tipos. Para cada esperanza hay un sueño posible, un discurso correcto y un comportamiento acertado. Cada esperanza tiene unas alambradas, unos mares, una legislación, una educación… un mundo entero diferente al que crea otra esperanza distinta.

Las ideologías que se imponen tratan de negar que quien más tiene más espera, y más puede esperar. Y así buscan conseguir una paz social basada en el atontamiento de los desesperados. Todos somos iguales, todos podemos esperar lo mismo, todos podemos tocar el cielo repiten una y otra vez. Y aunque la realidad niegue el mantra de quienes más esperan, los desesperados no alcanzan a soñar un mundo donde la esperanza iguale y no divida. Donde la esperanza sea una, y no muchas: “la misma dignidad para todos los seres humanos”.

Hay quienes han aprendido a encender la llama de la esperanza en quienes jamás habían disfrutado del calor que ésta produce, construyendo cinturones de esperanzas nuevas que transforman el cuerpo de los esperanzados en bombas de muerte para quienes vivían en algún mundo distinto de esperanza anestesiada. Y hay otros cuya esperanza hace saltar por los aires la razón, buscando imponer sus límites arbitrarios y caprichosos como límites absolutos para todos. Son las esperanzas de la muerte y del odio, que nacen de la herida, del darse cuenta que hay otras esperanzas injustas que les excluyen del cielo de los dioses. Son las esperanzas del rencor y la ignorancia, de la verdad y el resentimiento. No son esas las que construirán una misma esperanza para todos.

“Lo que en otro tiempo no era más que algo enfermo se ha convertido hoy en algo indecente, es indecente ser hoy cristiano. Y aquí comienza mi nausea [1]”. Es indecente hablar hoy de esperanza cristiana cuando ésta sigue la lógica del resto de esperanzas que “llaman bueno a todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo del hombre”; y llaman malo “todo lo que procede de la debilidad[2]. Es indecente utilizar la esperanza del más allá para mantener en pie a quienes no tienen ninguna esperanza real, y tratar de convencerles de que nada pueden hacer para alcanzarla. Es indecente el buenismo de quienes acallan su conciencia con limosnas que perpetúan la división de la esperanza; son mucho más honestos quienes asumen que “los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer [3]”. Esta es la lógica de la esperanza que en la práctica aceptamos.

Pero también podemos hablar de la esperanza cristiana que nace de la fe en un Dios contra natura que se hizo hombre. Una esperanza que no se eleva, sino que desciende, que no desquebraja la esperanza humana en multitud de esperanzas distintas. Sino que afirma con rotundidad que no pueden haber unas esperanzas por encima de otras, y que no hay unos seres humanos que merezcan más que otros. La voluntad de ser feliz y vivir en libertad y plenitud, necesita de una esperanza común que respete la dignidad de todo ser humano. ¿Es posible todavía esa esperanza hoy? ¿Lo ha sido en algún momento? ¿Puede este Dios contra natura transformarnos de depredadores de la esperanza a constructores de una esperanza contra natura?

¿Dejaremos en algún momento de ver personas huyendo del sufrimiento, caravanas de seres humanos en busca de esperanza? ¿Se acabará alguna vez el ocultamiento del dolor y el sufrimiento de quienes no tienen ni esperanza? ¿Será el mar algún día un lugar que nos trae la vida y no cuerpos que la perdieron para huir de la muerte en la que nacieron? ¿Renunciaremos pronto a imponer nuestra esperanza sobre los cuerpos, la libertad, el deseo y la dignidad de otras personas? ¿Será real, podremos vivir algún día envueltos en esa esperanza que crea un mundo contra natura? ¿Podemos todavía darle la vuelta al mundo, a nuestras vidas?

Espero que sí, y que la esperanza en “esa imperiosa revelación de otro sentido posible, más profundo que la injusticia o el dolor” no sean “sencillamente la gratificación furtiva del burguesito en rebeldía [4], sino que esté fundada en el seguimiento de Jesús. Una esperanza contra toda evidencia, contra toda realidad… Una esperanza imposible… Una esperanza contra natura.

Carlos Osma

[1] Nietzsche, F. “El Anticristo”. (Alianza Editorial. Madrid, 1999). Pág. 75

[2] Ibíd. 32

[3] Ibíd. 32

[4] Gil de Biedma, J. “Volver. Poema: Ampliación de Estudios”. (Ed. Cátedra. Madrid, 2010). Pág. 66.

Espiritualidad , , , ,

Comentarios cerrados.

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.