“Tener pacientes con casos más graves” es uno de los argumentos esgrimidos para retrasar durante años la reconstrucción vaginal de Lorena González, una activista trans ya muy acostumbrada a lidiar públicamente contra la discriminación. Carla Antonelli, diputada socialista en la Asamblea de Madrid, califica el caso de González de “absoluta falta de sensibilidad”. Asimismo, Antonelli ha registrado una pregunta parlamentaria en la cámara autonómica para esclarecer los porqués de estas demoras.
Más de cuatro interminables años esperando una intervención y asistiendo a cuantas pruebas y revisiones ginecológicas se le ha requerido y sigue sin recibir una solución clara. Pero la lucha de Lorena González se remonta más en el tiempo. En 2007 comenzó a asistir a la todavía llamada ‘Unidad de Trastorno de Identidad de Género’ (UTIG) del Hospital Ramón y Cajal de Madrid demandando control hormonal, ya que llevaba desde 2001 en autohormonación. Según explica la propia afectada, “en vista de que iban tres años y no operaban fui a Colombia”, donde le realizaron una vaginoplastia. Se da la circunstancia de que González tiene la doble nacionalidad española y colombiana.
Frustrada por la espera en España, decidió viajar a su país de origen y someterse a una intervención quirúrgica de reasignación genital en una clínica privada. Sin embargo, lejos de iniciar una nueva y feliz etapa de su vida, empezó un nuevo calvario: la operación no concluyó con un resultado satisfactorio y, desde entonces, su vagina está considerada médicamente como ‘no funcional’. Un problema que le impide tener relaciones sexuales porque “no me dejaron profundidad”, explica González. En busca de una solución, prosigue, “acudí a la Unidad del Ramón y Cajal y pasé todas las revisiones que me tenían que hacer: me vio el ginecólogo, me vieron la anestesista de La Paz y el cirujano plástico…”.
Incluso recibió una carta firmada por el entonces consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty (llegado al cargo de la mano de Esperanza Aguirre y mantenido por Ignacio González). Lasquetty, que dimitió tras el anuncio de la paralización de la privatización sanitaria de Madrid, envió un escrito a Lorena González mediante el que se refiere al Programa Integral de Reducción de la Espera Quirúrgica, implantado en 2004, que “tiene por objeto que su operación no se demore más de treinta días, una vez completadas las pruebas necesarias”. La hoja de admisión para la intervención programada (a la que dosmanzanas ha tenido acceso, igual que al resto de correspondencia y documentación en poder de González) está fechada por el Hospital La Paz el 15 de diciembre de 2011. Desde entonces sigue siendo llamada a revisiones periódicas y se mantiene en lista de espera y sin una solución ni una explicación convincente.
“Pacientes con casos más graves”
Leídas las diferentes contestaciones que ha recibido Lorena González hasta el momento, podemos concluir que existe una importante diferencia de tono entre las firmadas por el Hospital Ramón y Cajal (donde se ubica la UTIG) y el Hospital La Paz (donde se encuentra el Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora). Dosmanzanas puede dar fe de los documentos escritos, ya que de los orales únicamente podemos limitarnos a recoger el testimonio de Lorena González. Esta mujer trans aduce que de palabra le han dado como excusas “la privatización, la crisis o que el Gobierno no quiere operarnos”.
Mediante carta escrita, desde el Hospital Ramón y Cajal “le queremos transmitir nuestro ánimo y comprensión por su problema” y “le rogamos, sinceramente, disculpas por la demora y por las molestias ocasionadas que, según refiere, han tenido como consecuencia su tratamiento ansiolítico y antidepresivo actual”. Además, el jefe de servicio del Ramón y Cajal asegura que “somos sensibles, Dª Lorena, a su problema, queremos prestarle ayuda y deseamos poder resolverlo a la mayor brevedad posible”.
Bastante menos empática es la respuesta oficial del Hospital La Paz a las sendas reclamaciones de González. Desde el Servicio de Información, Atención al Paciente y Trabajo Social de este centro le espetan que “al tener pacientes con casos más graves, su caso puede presentar más demora de la deseada”. Unas palabras que no parecen las más apropiadas para una persona que se encuentra en tratamiento antidepresivo a raíz de las secuelas que le está provocando la situación de espera sanitaria.
Antonelli pregunta en la Asamblea de Madrid
Con rotundidad, la diputada socialista en la Asamblea de Madrid Carla Antonelli ha asegurado que la respuesta que el Hospital La Paz le daba a Lorena, alegando “pacientes con casos más graves”, así como su caso en general, solo demuestra una “absoluta falta de sensibilidad”. Al conocer Antonelli el caso de Lorena González, a través de dosmanzanas (con la intención de recoger sus declaraciones), la parlamentaria madrileña ha registrado una pregunta en la Asamblea de Madrid. Lo ha hecho con esperanza de que el Gobierno del Partido Popular, que ahora encabeza Cristina Cifuentes, explique cómo es posible que haya personas que puedan permanecer cuatro o más años de espera para una intervención de estas características. Decimos “con la esperanza” porque, durante las dos últimas legislaturas del PP, la oposición critica que no ha recibido “respuestas serias” a las preguntas parlamentarias presentadas.
Hace solo unos días, dosmanzanas recogía que la Asamblea de Madrid daba el sí a la proposición de ley de transexualidad presentada por PSOE, Podemos y Ciudadanos, al tiempo que tumbaba el proyecto del PP. La propuesta que defendía el PP madrileño no había contado con la voz de Chrysallis, Fundación Daniela o El Hombre Transexual, cuyos asociados se cuentan entre los más directamente afectados por la futura ley.
Carla Antonelli asevera a dosmanzanas que “son múltiples las quejas del tiempo que tardan en ser atendidas las personas transexuales”, razón por la que “trabajaremos para que se acorten los plazos y se deje de arrojar a estas personas a unos tiempos interminables”. Precisamente, la futura ley de transexualidad (cuyos visos de ser finalmente aprobada son elevados, debido a la mayoría parlamentaria de PSOE, Podemos y Ciudadanos en la Asamblea) se podrá disponer de más herramientas que permitan evitar casos como el que está sufriendo Lorena González.
La lucha de González contra la discriminación
El nombre de Lorena González se hizo conocido después de una serie de denuncias de transfobia. Dosmanzanas fue el primer medio que recogió las fundadas quejas de González contra la discriminación sufrida como azafata en prácticas de la compañía aérea Turkisk Airlines. Previamente, se había dirigido a otros medios generalistas que no quisieron publicar su historia. Carla Antonelli nos la hizo llegar a nosotros y solo a raíz de que dosmanzanas se hiciera eco, su caso se convirtió en mediático. Incluso nosotros recibimos llamadas de medios internacionales como BBC, interesándose por su caso.
La petición en la plataforma Change.org para que la escuela en la que estudiaba no le negara otras prácticas llegó a superar las 75.000 firmas. De hecho, un servidor fue testigo de la reunión entre Lorena González y la directora de dicha escuela, en la que la responsable académica desautorizaba a su coordinador de prácticas y garantizaba nuevas prácticas a la azafata transexual. Y así fue finalmente: Lorena González comenzó nuevas prácticas en Aerolíneas Argentinas. Tras la finalización de las prácticas profesionales en la compañía, González contraponía el trato “exquisito” de Aerolíneas Argentinas a la discriminación de Turkish Airlines.
Fuente Dosmanzanas
General, Homofobia/ Transfobia.
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