Espérame sin hora.
Espérame sin hora, donde la garza blanca
se posa sin hollar.
Espérame en el río,
que está lejos el mar.
Espérame en la noche de estas tinieblas claras
sin luz artificial.
Espérame en el sol, callado y crudo,
sentado a cualquier puerta que convide a sentar.
Espérame más viejo, más joven, más sin años,
más sin tiempo; quizás
más cerca de mí mismo
y de toda verdad.
Desnudo y libre, como un niño indio
que aún no han podido civilizar!
*
Pedro Casaldáliga
Clamor elemental. Editorial Sígueme, 1971
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