El menor, Patrick, de 13 años, nació con órganos sexuales femeninos aunque su familia asegura que siempre se comportó como un niño.
Hace más de un año los padres solicitaron que fuera reconocido legalmente como una persona de sexo masculino, pero su petición fue denegada.
Los tribunales basaron su decisión en una ley que impide a los menores de edad y a sus progenitores instar la modificación de sexo en el registro civil.
El recurso planteado por la familia se ampara en el artículo 10 de la Constitución Española, que reconoce el libre desarrollo de la personalidad.
La familia del menor ha asegurado que, aunque nació con órganos sexuales femeninos y fue inscrito como mujer en el Registro Civil, su desarrollo posterior pronto demostró una realidad bien distinta.
El Tribunal Supremo estudiará la demanda formulada por los padres de un menor transexual de Benasque (Huesca) para modificar en el Registro Civil la referencia a su sexo, y normalizar así una situación aceptada tanto por el propio niño y su familia como por su entorno social más cercano.
Los padres solicitaron hace más de un año en el Juzgado de Boltaña, al que se adscribe el registro de Benasque, una modificación para que el menor, de 13 años, pasara a ser identificado a efectos legales como una persona de sexo masculino y de nombre Patrick.
Su petición fue denegada en primera instancia y, posteriormente, tanto por el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Huesca como por la Audiencia de Huesca en apelación.
Estos tribunales basaron su decisión en lo establecido en la Ley 3/2007 de regulación de la rectificación registral relativa al sexo de las personas, que impide a los menores de edad y a sus progenitores instar la modificación de la referencia al sexo en el Registro Civil.
La madre del menor, Natalia Aventín, considera que la actual legislación española “discrimina” a las personas transexuales al no facilitar un proceso dirigido a “normalizar” a nivel jurídico una situación socialmente aceptada. Aventín asegura que la propia ley es “discriminatoria” ya que no sólo impide a los menores instar la referencia a su sexo sino que exige a los adultos informes psicológicos y dos años previos de tratamiento.
Según la madre del menor, este texto legal es contrario a lo establecido en distintos tratados internacionales y en una reciente resolución del Consejo de Europa que critica la discriminación generalizada que sufren las personas transexuales en Europa e insta a los estados miembros a modificar sus leyes para favorecer su integración social.
Natalia Aventín, que preside Chrysallis, una asociación nacional de familias de menores transexuales, recuerda que Patrick no solo se comportó siempre como un chico sino que pedía ser vestido con calzoncillos y ropa de niño. La familia, aceptada la situación, tuvo dificultades recientemente para conseguir de la sanidad pública los inhibidores puberales necesarios para evitar el desarrollo de signos femeninos en el cuerpo del menor.
Sin embargo, los padres continúan su lucha en los tribunales para tratar de conseguir que se reconozcan los derechos individuales de su hijo y los de otros menores en situación similar. La madre señala que la responsable del Registro Civil de Benasque, una vez iniciado el procedimiento judicial, aceptó tan sólo modificar el nombre del menor, opción que también había rechazado inicialmente.
Ahora se muestra esperanzada en la posibilidad de que el Tribunal Supremo dicte una sentencia pionera, la primera respecto a los derechos de los menores transexuales a modificar sus inscripciones registrales.
“Yo siempre digo que mi hijo es un hombre con vulva, pero es un hombre”, afirma Natalia Aventín, quien resalta la vida normalizada que desarrolla el menor en su entorno familiar y de amigos, en contraste con las dificultades que se han encontrado hasta el momento en los tribunales”.
Fuente Agencias
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