Las leyes homófobas se endurecen en Rusia: proposición de ley para castigar las salidas públicas del armario o la mera declaración de la propia homosexualidad será un crimen
En el país de las Tatu nos lo están poniendo más difícil todavía. Dos disputados rusos, Ivan Nikitchuk y Nikolai Arefyev, afirman que la llamada “ley contra la propaganda homosexual” que se aprobó hace un par de años en Rusia no está siendo todo lo eficaz que debería, con lo cual han propuesto una enmienda más terrorífica todavía: salir del armario será un crimen según la ley en Rusia.
Dos diputados del Partido Comunista ruso han presentado una propuesta de reforma de la ley contra la llamada “propaganda homosexual”, con la pretensión de que la mera declaración pública de la propia homosexualidad sea castigada con fuertes multas e incluso con la cárcel. Los proponentes afirman que su reforma está basada en la “experiencia histórica”, como los tiempos de la extinta Unión Soviética, cuando la homosexualidad se castigaba con penas de cinco a ocho años de cárcel.
Los diputados Ivan Nikitchuk y Nikolai Arefyev, ambos miembros del Partido Comunista, han presentado en la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso) un proyecto de reforma de la ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales ante menores”, aprobada en 2013 y que se dirige exclusivamente contra la población LGTB. La reforma está destinada a endurecer aún más las condiciones del colectivo, al penar la mera salida pública del armario o declaración de la propia orientación sexual con multas de hasta 5.000 rublos (71 euros, 80 dólares), que se convierten en penas de prisión o arresto de hasta 15 días si se realiza en centros educativos o culturales y edificios de la administración estatal o local.
Así es Rusia, el país en el que investigan si los emojis gays cumplen la ley, o en el que Vladimir Putin se atreve a afirmar que allí hay igualdad de derechos para todas las personas del colectivo LGBT. Los dos citados diputados son veteranos e integrantes del Partido Comunista, y proponen multas de unos 70 euros para todo aquel que manifieste en público su condición de homosexual, bisexual o transexual, e incluso penas de 15 dias en la cárcel si esto se hace en lugares como colegios o edificios del gobierno ruso.
Según declaraba Ivan Nikitchuk , la proposición de reforma se debe a que “el problema es grave y urgente, ya que atañe a enfermedades sociales y a la educación moral de las nuevas generaciones. Por desgracia, el mecanismo propuesto en la ley 2013 ‘Sobre la protección de los niños contra la información que daña su salud y desarrollo’ ha demostrado ser ineficaz y es lo que nos ha llevada a desarrollar nuevas medidas”. Para el diputado, la homosexualidad es “un grave peligro para cualquier persona y para la humanidad por entero”, pues puede incitar a niños y jóvenes a evitar reproducirse, y “en un sentido biológico, la insuficiencia de reproducción es igual a la muerte, y esto hace que la homosexualidad sea un peligro mortal para la humanidad “.
Los proponentes hacen referencia en su texto a los tiempos en que la homosexualidad era más duramente perseguida, como en la extinta Unión Soviética, cuyas leyes penaban la homosexualidad con penas de cinco a ocho años de prisión. También evocan la Grecia clásica, pues, según ellos, “en Atenas, durante el período clásico, los homosexuales tenían que declarar su vicio a la asamblea del pueblo y eran despojados de sus derechos civiles. A quienes trataban de ocultarlo se les exiliaba o ejecutaba. Las leyes de la antigua Esparta eran aún más estrictas, sin declaración alguna cualquier persona que era sorprendida era ejecutada”.
Para Nikitchuk, las sanciones y penas establecidas en su proposición de reforma tan solo deben ser aplicadas a los varones homosexuales o bisexuales, no a las mujeres. En unas declaraciones a la emisora de radio Russkaya Sluzhba Novostei afirmaba que “creemos que las mujeres son personas más razonables y más capaces de manejar sus emociones. Por el momento, no incluiremos a las mujeres…Hasta ahora no tenemos pensado tocarlas”. Ivan Nikitchuk se justifica diciendo que “en el sentido biológico, no reproducirse es lo mismo que la muerte y en ese sentido la homosexualidad es una amenaza letal para toda la humanidad. El problema a solucionar es urgente, porque afecta a los actuales problemas de nuestra sociedad y a la moral de las nuevas generaciones”. Así está el patio en Rusia, para que venga luego Putin a decir que no pasa nada…
Por fortuna la delirante reforma parece tener pocos visos de poder ser aprobada en el Parlamento. Los representantes del partido gubernamental dan por ahora el tema por zanjado, e incluso los LGTBfobos más recalcitrantes como Vitaly Milonov la rechazan, aunque en su caso es por estimar que la ley actual ya penaliza las salidas públicas del armario si pueden ser contempladas por menores.
El mero hecho de que esta propuesta llegue a presentarse, sin embargo, es muy sintomático de la extrema vulnerabilidad de las personas LGTB en Rusia, país donde quienes defienden sus derechos humanos más elementales son continuamente perseguidos por las autoridades. Bien sea por el mero hecho de enarbolar una bandera arcoíris o por reivindicar la celebración del Orgullo son detenidos, sancionados o incluso encarcelados. Por no mencionar la violencia extrema que las personas LGTB soportan por parte de grupos de odio como Occupy Pedofilyaj, tímidamente perseguidos por las autoridades.
Fuente Cromosomax y Dosmanzanas
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