La ilegalización de la homosexualidad en la India alienta la corrupción y la persecución policial hacia la comunidad LGTB
La India, con el segundo mayor censo de población del mundo, es uno de los 79 países en los que las relaciones homosexuales son ilegales. De hecho, desde la recriminalización de las llamadas relaciones “contra natura”, no ha cesado el hostigamiento social y policial contra ciudadanos que manifiestan voluntaria o involuntariamente cualquier signo contrario a la heteronormatividad impuesta. Solo en la ciudad de Nagpur (en el estado de Maharashtra, situado en el centro oeste de la India) se han hecho públicos en los últimos días varios casos de discriminación LGTBfóbica a cargo de los servicios policiales.
Dos jóvenes eran detenidos en Nagpur la semana pasada acusados de homosexualidad. Al parecer, los muchachos se encontraban en los alrededores de una zona retirada de la ciudad, cuando algunos vecinos avisaron a la policía, pensando que podría tratarse de ladrones. Los agentes que acudieron al lugar de los hechos, incumpliendo su supuesta misión de velar por la seguridad de la población, trasladaron a los chavales a comisaría. Lo grave es que no lo hicieron porque tuvieran indicios reales de actividad ilícita alguna sino porque “observaron” que uno de los jóvenes era “afeminado”. Sin un delito punible cometido y sin ni siquiera evidencias de tentativa, las víctimas pasaron la noche en la cárcel y fueron sometidas al chantaje de la propia policía. Según ha trascendido, los agentes habrían solicitado a estos chicos una gran suma de dinero a cambio de no registrar oficialmente la denuncia.
La corrupción policial, de hecho, es una fuente de preocupación para la comunidad LGTB de la India, ya que incrementa todavía más su vulnerabilidad. Por una parte, las víctimas de cualquier agresión homófoba tienen muy complicado denunciar, debido a la persecución legal de la diversidad sexual. Pero, por otra, no son raros los casos en los que los propios agentes realizan detenciones arbitrarias contra ciudadanos, con el fin último de extorsionarles económicamente bajo amenaza de enjuiciamiento penal y posible prisión por homosexualidad. Sin embargo, y aunque en la práctica la policía suela actuar con total impunidad, legalmente solo podría realizar detenciones en el caso de descubrir a una persona in fraganti en una ‘situación comprometida’.
Acudiendo a la legislación internacional y a los tratados sobre derechos humanos, nadie debería ser perseguido en su país por su mera orientación sexual o identidad de género, bajo ninguna circunstancia (un derecho extensible a la diversidad étnica, social, cultural o religiosa). En cualquier caso, teniendo en cuenta el infierno legal que la justicia india representa para la comunidad LGTB, es importante remarcar que la policía incurre en un delito al realizar este tipo de detenciones, fruto de su propia interpretación de la ley. “Estos casos son cada vez más comunes”, denuncia Anand Chandrani. Este activista local de los derechos LGTB ha explicado que los agentes de policía “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”.
Por otra parte, esta misma semana otro hombre era trasladado a un hospital como consecuencia de una sobredosis de somníferos. Al ser investigado el caso por la policía, los agentes encargados determinaron que el intento de esta persona de acabar con su propia vida podría ser el resultado de una dura ruptura con su novio. Sin ningún tipo de miramiento por su delicada situación, los propios agentes agredieron física y verbalmente a la víctima y le chantajearon con incriminarle por ser gay si no les entregaba la cantidad suficiente de dinero para que “ajustaran” el parte policial.
Homofobia de estado y violencia en la India
El artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años, nos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales. Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.
En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios de este mismo año recogíamos que en 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.
Fuente Dosmanzanas
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