Courtney Demone, la transexual que desafía la censura en las redes sociales
“Desde que me declaré una mujer he visto mis privilegios de hombre cisgénero evaporarse lentamente”
Courtney Demone es una diseñadora, escritora y activista transexual de 24 años, natural de Canadá, que ha plantado cara con sus fotos a los estereotipos sexistas sobre la desnudez femenina en internet.
Uno de los cambios más significativos que Courtney está experimentando es el crecimiento de sus pechos. Según cuenta en un artículo que ha publicado en la web Mashable, varios conocidos le han hecho bromas sobre el asunto, lo que la ha hecho reflexionar y preguntarse: “¿en qué punto del desarrollo de mi pecho debo empezar a taparme los pezones?”
Como reacción a estas situaciones, Courtney ha lanzado una campaña en Facebook e Instagram con la etiqueta #DoIHaveBoobsNow (¿tengo pechos ahora?) con la que pretende encontrar cuál es, según las normas de uso de estas redes sociales, el punto en el que empiezan a considerar que sus pezones son femeninos en vez de masculinos.
El otro motivo de esta iniciativa ha sido, precisamente, el sexismo de las condiciones de estas plataformas. Según las normas comunitarias de Instagram no se permite “que se publiquen desnudos en Instagram. Esta restricción se aplica a algunas fotos de pezones femeninos”. En el caso de Facebook, entre sus condiciones de servicio se puede leer “no publicarás contenido (…) que sea pornográfico (…) o contenga desnudos”.
Paralelamente con su transformación física, Courtney Demone ha experimentando un cambio en la forma en la que su entorno se relaciona con ella. Aunque reconoce que “soy notablemente privilegiada como persona trans, (…) desde que me declaré una mujer he visto mis privilegios de hombre cisgénero evaporarse lentamente”.
Entre los casos que relata podemos encontrar chistes tránsfobos de parte de sus amigos o conocidos, cambios de actitudes en los chicos que conoce en páginas o aplicaciones de contactos e, incluso, agresiones. “Andando sola una noche un extraño me gritó “¡Eh! ¡Ven aquí!” Lo ignoré, pero me alcanzó. “¿Dónde…? ¡Eh! ¿Qué coño? ¡Eres un tío! No engañas a nadie, maricón.” (…) Adiós privilegio de sentirse segura en espacios públicos”, cuenta Courtney.
“Desde luego que me pongo maquillaje y ropa diferente y mi cuerpo y mi voz han cambiado ligeramente, pero casi todo lo demás de mí sigue siendo igual”, explica. Y es que, según ha podido percibir, “este cambio ocurre lentamente, de manera proporcional a mi feminidad percibida”.
Fuente Cáscara Amarga
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