Un 41% de los rusos cree que los homosexuales deben ser perseguidos por el gobierno
Una reciente encuesta realizada en Rusia muestra un rechazo social extendido hacia la población LGTB. Lo más preocupante es que la intolerancia hacia este colectivo se incrementa con el tiempo, alcanzando elevadas cifras de rechazo hacia la mera existencia de la homosexualidad y aún más altas en el repudio a cualquier reconocimiento de sus derechos civiles. Un alarmante 41% de los encuestados estima que los homosexuales deben ser perseguidos por el gobierno para “exterminar el fenómeno”.
Cada vez es más evidente que la aprobación de las leyes rusas que castigan la llamada “propaganda gay”, y el clima de intolerancia que se desató desde que comenzó el proceso legislativo, ha causado un importante incremento de la homofobia social. Así lo refleja la reciente encuesta realizada por el instituto oficial de estadística ruso VTsIOM, publicada el pasado viernes 10 de julio, donde la sociedad rusa se muestra mucho más intolerante hacia los derechos de los ciudadanos LGTB, o hacia su misma existencia, que en estudios realizados hace diez años.
La relación con las leyes antes citadas se evidencia en que nada menos que un 41% de los encuestados creen que las autoridades deben perseguir a quienes tienen “preferencias sexuales no tradicionales” con el objetivo de “exterminar el fenómeno”. Tan solo un 12% estima que el gobierno debería proteger a los ciudadanos LGTB de la discriminación.
Un 20% de los entrevistados opina que los homosexuales son peligrosos y deben ser “aislados de la sociedad”, mientras que hace una década opinaba así un 12%. Otro 22% (frente a un 24% en 2004) dice no importarle la orientación sexual de los demás, mientras que un 15% cree que las personas LGTB son “normales”, pero no quieren tener contacto social con ellas.
Si la mera existencia de los homosexuales ya es un problema para muchos de los encuestados, las cifras de rechazo se disparan cuando se trata de los derechos civiles de las personas LGTB. En 2005, un 59% de los rusos se oponía al matrimonio entre personas del mismo sexo, hoy se opone un 80%. Hace diez años un 14% de los rusos creía que debería permitirse el matrimonio igualitario, hoy el porcentaje ha bajado hasta un exiguo 8%. Tan solo un 3% piensa que las parejas homoparentales deberían poder criar hijos, porcentaje igual de pequeño entre quienes apoyan que puedan contraer matrimonio.
Para Alexei Firsov, director de comunicaciones de VTsIOM, los resultados de la encuesta revelan que el pueblo ruso se muestra en estos asuntos mucho más conservador que los integrantes de naciones como China, a quien incluso doblan en el rechazo a la homosexualidad. “Lo remarcable es que estamos nadando contra la corriente”, declara Firsov, “a pesar de las tendencias mundiales, la intolerancia hacia las relaciones homosexuales está haciéndose más fuerte. Este indicador puede servir como parámetro de identificación nacional”.
Esta encuesta es una muestra más de la homofobia de estado vigente en Rusia, representada sobre todo por la legislación aprobada en 2013 por su Parlamento, que prohíbe informar positivamente sobre “relaciones no tradicionales” a menores y que ha servido para acallar, cualquier reivindicación de los derechos LGTB, con continuadas detenciones de aquellos activistas que valientemente se resisten a permanecer en silencio. Una legislación que permite que quienes simplemente enarbolan una bandera arcoíris o reivindican la celebración del Orgullo sean detenidos, sancionados o incluso encarcelados. También han tenido lugar despidos de funcionarios que declaran abiertamente su orientación sexual y cierres de medios que respaldan las reivindicaciones de los activistas.
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