Aumenta la presión sobre Merkel para equiparar uniones homosexuales con matrimonio
El Gobierno alemán aprobó un grupo de leyes destinado a combatir la discriminación de los homosexuales, aunque descartó de nuevo abrir en la actual legislatura la posibilidad del matrimonio para personas del mismo sexo.
El proyecto, y el paso dado por Irlanda, han reavivado el debate en Alemania, donde la oposición parlamentaria exige la homologación total de derechos.
“El derecho para gais y lesbianas de casarse forma parte de los derechos humanos y no tiene cabida en la política de partidos”
Tras la aprobación en referéndum del matrimonio igualitario en Irlanda, y en Groenlandia, parece que algo se mueve en Alemania. Los activistas LGTB empiezan a perder la paciencia ante el inmovilismo del Gobierno de gran coalición, donde la intransigencia de la CDU/CSU de Angela Merkel mantiene a la principal potencia económica de Europa en una situación cada vez más desfasada con respecto a los países de su entorno y aumenta la presión sobre el Gobierno de la canciller Angela Merkel, que el miércoles tenía previsto debatir un proyecto de ley para ampliar los derechos de las uniones de hecho, pero sin abordar la plena equiparación con el matrimonio.
“Extenderemos a las parejas de hecho la regulación relativa al matrimonio en 23 leyes y decretos. Esto supone un paso más hacia una amplia equiparación”, explicó el ministro alemán de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, ante la reunión del Consejo de Ministros.
El objetivo de la gran coalición que lidera la canciller, Angela Merkel, es “avanzar hacia la plena equiparación de derechos, fiscales y de otra índole” de las parejas de hecho homosexuales, indicó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert. En ese capítulo no entra, sin embargo, la posibilidad del matrimonio civil entre personas del mismo sexo, añadió el portavoz, que se remitió al compromiso incluido en el pacto de coalición entre conservadores y socialdemócratas de “dirimir las diferencias discriminatorias entre homosexuales y heterosexuales”. Seibert insistió, asimismo, en que el caso de Irlanda, donde unos días atrás se aprobó en referéndum el matrimonio homosexual, no afectará los planes de la gran coalición alemana. El portavoz destacó que Merkel estaba “satisfecha” con las medidas introducidas “paso a paso” para la equiparación de los derechos de los homosexuales bajo su mandato y dijo que ésa será la dinámica a seguir en lo que resta de mandato.
Entre las medidas aprobadas hoy en Consejo de ministros se encuentran una serie de regulaciones, fiscales, jurídicas y administrativas para evitar tratos discriminatorios a ese colectivo.
La declaración del portavoz se produjo en pleno debate en el país tras el paso dado por Irlanda y mientras aumentan los pronunciamientos, incluso en las propias filas gubernamentales, a favor de la plena homologación de derechos.
Alemania aprobó bajo el Gobierno de coalición socialdemócrata-verde que lideró Gerhard Schröder, de 1998 a 2005, la fórmula de la pareja de hecho entre homosexuales, considerado en ese momento un hito para ese colectivo. Desde entonces ha ido avanzando hacia la plena equiparación con las parejas heterosexuales, en muchos casos a instancias del Tribunal Constitucional, que ha dictado sucesivas sentencias a favor de los colectivos homosexuales en materia de derecho hereditario o fiscal.
Sigue descartada la adopción de hijos por parejas homosexuales -aunque sí existe la posibilidad de que uno de sus miembros adopte en solitario-. La adopción está restringida en Alemania a solteros o a matrimonios, pero no a las parejas de hecho, única fórmula de unión hasta ahora posible para los homosexuales.
El proyecto, y el paso dado por Irlanda, han reavivado el debate en Alemania, donde la oposición parlamentaria exige la homologación total de derechos y han surgido voces a favor también en el seno de las filas conservadoras. No obstante, el portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert, subrayó la semana pasada que “el acuerdo de coalición no contempla la equiparación completa de matrimonio y unión de hecho, por lo que tampoco habrá un proyecto del Gobierno al respecto en esta legislatura“.
En su página en la red social Facebook, Maas se había mostrado convencido de que para abrir la opción del matrimonio a las parejas de hecho homosexuales no era imprescindible una reforma de la Constitución, aunque admitía que el objetivo era “lamentablemente poco viable” en la actual coalición con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y los conservadores bávaros de la CSU. Con su opinión coincidió su compañera de partido y titular de Familia, Manuela Schwesig, quien, en ese contexto, aplaudió el proyecto de ley de Maas como un “paso importante” hacia el objetivo de la equiparación.
Mientras, en unas declaraciones a la edición digital del semanario “Der Spiegel”, el presidente de la Federación de Gais y Lesbianas en la Unión, el cristianodemócrata Alexander Vogt, expresó su esperanza de que la canciller “deje de hacer caso de una vez por todas a los que bloquean”. “El claro ‘sí’ en Irlanda es una señal. En Alemania y precisamente también en nuestro partido debe ocurrir algo ahora”, exigió el político cristianodemócrata, que llamó a la canciller a actuar y “subirse al carro”, Según Vogt, “que países tan marcadamente católicos como Irlanda y España se hayan abierto al matrimonio es una muestra del gran giro que ha dado la sociedad”.
Desde la CSU, el diputado Berndt Fabritius abogó en unas declaraciones al “Munchner Merkur” por dar nuevos pasos hacia la homologación de derechos y apostó por dejar a los parlamentarios libertad de voto para aclarar la posición de la mayoría “mejor hoy que mañana”.
La primera voz en alzarse el lunes pasado, tras conocerse el contundente resultado del referéndum irlandés, fue la de Christine Lüders, directora de la Oficina Federal Antidiscriminación (un organismo independiente que tiene como misión asegurar el cumplimiento de las leyes al respecto). Lüders recordó que la mayoría de los Estados de Europa occidental ya cuentan con leyes igualitarias de matrimonio y se mostró convencida de que la “gran mayoría” de los diputados en el Bundestag son favorables a la medida; por lo que pidió una iniciativa multipartita sobre el asunto en la cámara baja que se someta a votación sin disciplina de partido para todos los representantes. Christine Lüders, calificó de “insuficiente” los cambios en materia de derecho civil y procesal que contempla el proyecto de ley y estimó que “no hay razones objetivas para negar a las parejas del mismo sexo el libre acceso al matrimonio”. “El derecho para gais y lesbianas de casarse forma parte de los derechos humanos y no tiene cabida en la política de partidos“, aseguró la comisionada, favorable también a que no haya disciplina de voto cuando se debata la cuestión en el Bundestag.
La oposición parlamentaria, formada por La Izquierda y Los Verdes, se ha sumado a este llamamiento. Pero la respuesta del Gobierno, como viene siendo habitual, se ha quedado bastante por debajo de las expectativas. El ministerio de Justicia, con el socialdemócrata Heiko Maas a la cabeza, presentó este miércoles un proyecto de ley para equiparar los derechos de las parejas casadas con los de las uniones civiles en 23 disposiciones legales. Un procedimiento de “parcheado” al que ya nos tienen acostumbrados y que la oposición tacha de incompleto y chapucero, pero que parece ser el único con el que los democristianos transigen. La presidenta del grupo de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt, consideró en unas declaraciones a “Die Welt” que “la Unión de Merkel no podrá dejar pasar como si nada el debate en torno al matrimonio para todos”. Recordó que Alemania fue precursor de la equiparación con su ley de uniones de hecho para parejas homosexuales de 2001 y lamentó que, entre tanto, “hasta Irlanda” la haya adelantado. En la misma línea, el portavoz de Asuntos de Política Interior de Los Verdes, Volker Beck, recordó que “unas 150 normas en 54 leyes y decretos hacen todavía una diferenciación entre el matrimonio y las parejas de hecho”.
La CDU/CSU está convencida de que la igualdad LGTB es un tema que no va con ellos y sigue defendiendo una discriminación cada vez más injustificable con la excusa de salvaguardar los “principios tradicionales, culturales y religiosos” de Alemania. Tan solo voces aisladas como la del diputado abiertamente gay Jens Spahn se atreven a afirmar que “lo que pueden hacer los católicos irlandeses, podemos hacerlo nosotros también”.
Lo cierto es que uno de los principales motivos para este inmovilismo podría ser de carácter más electoralista: la canciller Merkel mantiene una elevada popularidad tras cerca de diez años en el Gobierno y su partido sigue cómodamente por encima del 40% de intención de voto en las encuestas; por lo que no tendrían ninguna motivación para “abrir un melón” que podría costarle desafecciones hacia la derecha cada vez más radical y homófoba de Alternativa para Alemania (AfD).
Los activistas LGTB, sin embargo, no se resignan, y han puesto en marcha varias iniciativas para reavivar el debate entre la población y presionar al Gobierno y al Parlamento para que se produzcan ya avances reales. Dos peticiones en esta dirección se han puesto en marcha en change.org y en openPetition, recabando por el momento cerca de 30.000 firmas en conjunto. El asunto también se mueve en las redes sociales: en Twitter, la discusión se canaliza con el hashtag #ehefueralle (“matrimonio para todos”) y en Facebook, la página Enough is Enough ha creado un botón para mostrar el apoyo a la igualdad LGTB. También en esta página, una iniciativa espontánea para manifestarse el próximo sábado por las calles de Berlín en apoyo al matrimonio igualitario va ganando adeptos.
Vía Cáscara amarga y Dosmanzanas
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