Inicio > Espiritualidad > “Hablar de la vida”, por Gema Juan, OCD

“Hablar de la vida”, por Gema Juan, OCD

Domingo, 10 de mayo de 2015

17111265399_19b8f04161_mDe su blog Juntos Andemos:

Hablar de la vida ante la muerte es arriesgado. Hay que hacerlo, porque lo merecen los perdidos y todos los que sufren la pérdida. Y porque el mundo está levantado sobre unos andamios que tienen tramos falsos y resquebrajados, que hay que transformar.

¿Cómo hablar de la vida ante cuatrocientas personas muertas en el mar, mientras intentaban alcanzar una vida mejor? ¿Y ante las enormes cifras que se han vuelto a sumar, convirtiendo el mediterráneo en una triste fosa común? ¿Cómo hacerlo tras la masacre de Kenia o de Nigeria o de…? ¿Cómo hablar ante tanta muerte sin sentido?

Un comunicado de Cáritas española decía que todos estos muertos no son anónimos, que «tenían nombre, familia. Eran dueños de su propia historia y de sus sueños. Eran seres humanos como nosotros, únicos e irrepetibles». Así es: no existen personas anónimas, no hay latitud en la que se carezca de nombre y rostro.

Jesús habló de la vida ante la muerte. Tuvo el valor de hacerlo, porque se ofreció como vida. Decía que tenía que anunciar una buena noticia en medio del sufrimiento, que para eso había sido enviado. Por eso, curaba y devolvía el aliento, cuando era posible. Pudo consolar y devolver la confianza, lo mismo a una mujer de un pueblecillo que a un jefe de la sinagoga. Y, en ambos casos, usó la fuerza de su bondad para aliviar el dolor.

Algo de eso animó a otra mujer, siglos después de que Jesús se pusiera a disposición de los sufrientes de la tierra, para aliviarles y mostrarles otra vida posible. En una pequeña ciudad francesa, Teresa de Lisieux –Teresita– escribía que su «deseo de salvar almas creció de día en día», desde que entendió que eso era lo que hacía el amor de Jesús.

Seguía los pasos de su Madre, Teresa de Jesús, que hablaba de la «caridad de los que verdaderamente aman este Señor y conocen su condición». Esos –decía– «¡Qué poco descanso podrán tener si ven que son un poquito de parte para que una alma sola se aproveche y ame más a Dios, o para darle algún consuelo, o para quitarla de algún peligro!».

Teresita había comprendido bien la vocación que Teresa de Jesús abrió en la Iglesia. Y había reconocido a Jesús como la vida misma. Había experimentado aquellas palabras del Viviente: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá».

Comprendió que la fe –como decía Jesús– puede mover montañas. Que la confianza mueve el mundo y el amor sostiene las fuerzas que trabajan por el bien. Y, cuando se veía impotente ante el sufrimiento del mundo, ante las pérdidas humanas, decía: «Sufriendo se puede salvar almas».

¿Acaso creía Teresita en un Dios al que se podía satisfacer o conquistar con sufrimientos? En absoluto. Sentía muy vivo al Padre de Jesús, como Dios de bondad y misericordia, por eso decía: «Comprendo tan bien que fuera del amor no hay nada que pueda hacernos gratos a Dios, que es el amor el único bien que ambiciono».

Lo que entendía es que unirse al Cristo vivo era seguir su camino y que lo que podía crear resurrección, en medio de los dolores del mundo, era dejar el propio descanso para cuidar a los demás. Sin ingenuidades ni heroísmos de hojalata, porque su experiencia profunda la privó de cualquier credulidad y ensoñación sobre la santidad.

Cuando Teresita diga que se sienta a la «mesa de los pecadores», será una proximidad verdadera la que tenga con los sufrientes del mundo. Ella que escribió: «Nunca hubiera creído que se pudiese sufrir tanto» sintió, también, que su descanso sería seguir trabajando por la vida de todos.

Así, llegará a decir: «Yo no puedo convertir mi cielo en una fiesta, no puedo descansar mientras haya almas que salvar», mientras haya seres humanos con nombre propio, sueños e historia que no pueden vivir a causa de unos andamios perniciosos, construidos por otros seres humanos.

Es necesario levantar otra estructura, para un mundo truncado por tantos cabos. Y, como decía Teresa y tan bien asimiló Teresita: «Cuando no puede con obras, con oración, importunando al Señor por las muchas almas que la lastima de ver que se pierden».

¿Se puede hablar de la vida? ¿Es posible vivir en la alegría? Sí, porque la fe en el amor puede ser más fuerte que todo el dolor y más tenaz que la persistencia del mal. Pero jamás –y así lo expresaba Teresita– habrá descanso ni gozo completo hasta que todos, sin excepción, encuentren el gozo y el descanso.

Espiritualidad , , ,

Comentarios cerrados.

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.