“No somos ángeles; tenemos cuerpo”, decía Santa Teresa.
Así… con la mano en la boca nos gustaría ver más a este personaje… Y leemos un buen artículo del blog de Juan Rubio A ras del suelo acerca de la última astracanada del obispo de San Sebastián:
Munilla, el sucesor del P. Loring
“Monseñor Munilla se ha vuelto el cancerbero de la cárcel del alma”
“Famoso por sugerir a los teólogos que estudiaran la posibilidad de comer y beber el cuerpo y la sangre de María, como lo hacemos con Jesucristo en la Eucaristía”
Al P. Loring, ( 1921-2013), le ha salido sucesor. El famoso y televisivo jesuita, viejo estudiante de los marianistas en el Colegio del Pilar de Madrid, dedicó su vida entera, pluma en ristre, a “dejar las cosas claras” en lo que a sexo se refiere. Lo hizo en el libro “Para salvarte”, que tenía una edición para hombres “Para salvarte (él)”, en azul: y “Para salvarte (ella)” en rojo. Al final, tijera en mano, cuando apareció el Catecismo de la Iglesia Católica, hizo uno solo “Para salvarte” y con portada en rojo (por lo del infierno, supongo; y dejó el azul. Según cuentan las estadísticas, el libro se vendió un millón de ejemplares y América Latina se llenó de sus “sabias enseñanzas” porque en España la gente ya sabía el mal que habían hecho aquellos libros en el alma de muchos jóvenes que desertaron de la Iglesia o empezaron a vivir su esquizofrenia cristiana, con doble vida moral: la que hay y la que decía el P. Loring. Habría un día que estudiar el mal que han hecho tantos libros a la larga, no condenados y el bien de otros condenados y llevados a la hoguera.
Pero esta vez, la mano que escribe es de alguien con mitra y báculo, es decir con patente de corso en los predios del magisterio ordinario episcopal. José Antonio Munilla, preclaro obispo de San Sebastián, famoso entre otras cosas por sugerir a los teólogos que estudiaran la posibilidad de comer y beber el cuerpo y la sangre de María, como lo hacemos con Jesucristo en la Eucaristía. Y para colmo, decirlo en un plató televisivo ante preguntas de adolescentes y niños. Una cosa es guardar el deposito de la fe y otra , bien distinta, embarrarlo.
Pues ese mismo prelado donostiarra, acaba de publicar un libro que, a buen seguro , se venderá como rosquillas como el del jesuita que a tantos jóvenes mantuvo encerrados en el dolor y el sufrimiento silencioso. Decía Santa Teresa en el Libro de la Vida “ Nosotros no somos ángeles, sino tenemos cuerpo”. (Gracias a Dios a la santa inquieta y andariega se han acercado otras miradas como Espido Freire o Julia Kristeva, entre otras admiradoras con sentido común)
Monseñor Munilla se ha vuelto el cancerbero de la cárcel del alma. Y vuelve la burra al trigo, sin que nadie se ocupe de llamarle la atención ni hacer autos de fe como se le han hecho a un clérigo de su propia diócesis por la simple razón de ayudar a la gente a conocer a Jesús.
El obispo de San Sebastián, se ha lanzado al ruedo como un buen torero, desafiando al morlaco. No se trata de llamar al pan, pan y al vino, vino; sino convertirse en el hazmerreir del respetable. Si uso la jerga taurina es porque así él la usó conmigo varias veces con pitos y otras con ovaciones.
Cuanto se dice en el libro no es propio de toreo de salón, sino de plaza de toros de tercera. No va contra la doctrina de la Iglesia, pero la rebaja en el lenguaje al paroxismo verbal capaz de herir y no sanar. Olvida Munilla que “ el lenguaje es sangre”. El libro se llama “Sexo con alma y cuerpo” y quizás sea esta una de las frases que lo resumen y que podrían ponerse en la contraportada:
La cultura del rollo, como se llama popularmente, de que ‘cada fin de semana me enrollo con uno o con otro’, genera muchas heridas y nos acostumbra a ser utilizados y a utilizar a los demás (…) Divertirse en clave de ‘lío’ es como ‘ir a buscar cacho’. ¿Cacho de qué? ¿De chorizo? ¿De morcilla? ¿De butifarra? (…) “El ‘lío’ es como la comida basura: uno reconoce que no es buena para la salud, pero está rica, es barata y casi siempre apetece (…) Es muy distinto el placer que se obtiene de una relación sexual sin amor del de otra relación en la que amor es lo que se quiere comunicar. Es como el jamón de jabugo o jamón de paleta cocida. Se llama jamón pero no es lo mismo”.
Y, lógicamente, como no podía ser de otra manera en esas continuas manías de clérigos que desconocen al Mago de Viena, …se mete en jardines opinando sobre la masturbación (“Una vivencia mecanizada, automática, rápida y despersonalizada“.) con la homosexualidad ( “Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados””, como el marxismo, vaya…y otras lindezas que mejor no repetir.
Acabo con una frase de Unamuno:” La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo.l peligro. Menos mal que ya los jóvenes han descubierto que es mejor leer el Evangelio, con su mensaje de misericordia y luz y seguir escuchando al Papa , a quien en obispo donostiarra ha querido imitar en la jerga, olvidando la entrañable misericordia de quienes e quejan y retroceden y que necesitan más el bálsamo que el varapalo y la ofensa. Porque Monseñor Munilla con este libro ofende a muchos, pero también a la inteligencia.
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