Un documental da a conocer a la primera futbolista transexual reconocida por la FIFA
Saelua (centro), segundos antes de disputar un encuentro.
“No soy mujer, ni transexual que juega con el rival; soy simplemente un jugador con un objetivo: ganar”.
En 2001, la selección de fútbol de Samoa Americana recibió la mayor de las derrotas entre dos selecciones nacionales de la historia de los partidos amparados por la FIFA al perder con Austraila 31-0 en las eliminatorias para el mundial de Brasil. Dos cineastas ingleses, Mike Brett y Steve Jamison, decidieron contar la historia de este combinado polinesio que consiguió, tras 30 derrotas consecutivas y 229 goles en contra, su primera victoria en 2011 contra la selección de Tonga (2-1).
Sin embargo, el documental llamado Next Goal Wins, ha catapultado a la fama, por sorpresa, a Jaiyah Saelua, la primera transexual en jugar un partido completo a nivel internacional, que se ha convertido enel gran reclamo de la gira que Brett y Jamison están realizando por los principales festivales de cine del mundo.
Fa’afafine
Jaiyah luce con orgullo su condición de fa’afafine, término con el que definen en la cultura polinesia a las personas transexuales, de larga tradición y sumamente respetado.
“No me hace mucha gracia usar la palabra transexual porque genera una serie de estereotipos negativos, al contrario que sucede con el término fa’afafine en mi tierra. Allí, de hecho, somos unos cuantos los que jugamos al fútbol de manera semiprofesional, y bastante bien por cierto“, cuenta Saelua.
Saelua lleva 15 de sus 26 años luchando en la nación más diminuta de cuantas conforman la gran familia de la FIFA (alrededor de 60.000 habitantes). Recalca que “a los fa’afafines nos encanta el soccer (fútbol), mucho menos violento que el football (fútbol americano). Y la mayoría jugamos de defensas. Puede que corramos como chicas, pero por lo demás, nos comportamos como hombres. Cuando estoy jugando, dejo a un lado todo lo relacionado con mi sexualidad y me convierto en futbolista. No soy mujer, ni transexual, ni tan siquiera la amiga de un ‘fa’afafine’ que juega con el rival; soy simplemente un jugador con un objetivo: ganar“.
Tras su operación, no jugará en el fútbol femenino
La honestidad y respeto por el fair-play de Jaiyah le impiden plantearse jugar en un campeonato femenino. “No sería justo porque, aunque cambie de sexo, seguiré teniendo más fuerza que una mujer normal y las demás jugadoras estarían en desventaja jugando contra mí”, reconoce.
Jaiyah no considera que su vida vaya a cambiar demasiado en un futuro, aunque le apena no poder seguir acumulando internacionalidades con Samoa Americana. Su principal propósito a partir de ahora es la de seguir ligada al deporte que le ha hecho famosa. Y lo hará, dice, “para desterrar de él la discriminación y la homofobia”.
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