El papa Francisco intenta acercarse a los sectores más conservadores y críticos con su papado afirmando que la ideología de género es expresión de una frustración que busca borrar la diferencia sexual
El pontífice ha criticado la “ideología de género” y la identifica con la “frustación” y la “resignación“.
Si hace unos días conocíamos su oposición a admitir al embajador francés, visiblemente homosexual, lo que deja al Vaticano en muy mal lugar, y recordábamos su oposición al matrimonio igualitario, ahora se despacha con estas palabras acerca de esa supuesta “ideología de género”,término inventado por ellos mismos para negar los derechos de la mujer y LGTBI:
El papa Francisco continuó con su catequesis sobre la familia, que dedicó a la diferencia y complementariedad entre ambos sexos. El Papa indicó que “la tierra se llena de armonía y de confianza cuando la alianza ente el hombre y la mujer se viven en el bien. Y si el hombre y la mujer la buscan juntos entre ellos y con Dios, sin dudas la encuentran. Jesús nos anima explícitamente al testimonio de esta belleza, que es la imagen de Dios”
“La diferencia sexual está impresa en todas las formas de vida, pero sólo en el hombre y en la mujer se encuentra la imagen y semejanza de Dios. Cuando el hombre y la mujer colaboran juntos con el designio divino, la tierra se llena de armonía y confianza”. Así defendía el papa Francisco el matrimonio “tradicional” y respondía a las críticas lanzadas por los sectores más conservadores de la Iglesia sobre su actitud “demasiado abierta” a la homosexualidad y al matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Me pregunto por ejemplo, si la así llamada ideología de género no sea expresión de una frustración y de una resignación, que mira a cancelar la diferencia sexual porque no sabe confrontarse con ella”, afirmó el papa durante la audiencia general de los miércoles dedicada a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Al respecto consideró que de esta manera “corremos el riesgo de hacer un paso hacia atrás. La remoción de la diferencia de hecho, es el problema, no la solución. Para resolver su problema de relaciones, el hombre y la mujer tienen en cambio que hablarse más, escucharse más, conocerse más, quererse más. Tiene que tratarse con respeto y cooperar con amistad. Con estas bases humanas, sostenidas por la gracia de Dios, es posible proyectar la unión matrimonial y familiar para toda la vida”.
“La eliminación de las diferencias es un problema, no la solución”, añadió el pontífice, que reconoció que la cultura contemporánea ha abierto nuevas libertades pero también ha introducido muchas dudas y escepticismo.
Sobre la crisis del matrimonio, el papa Francisco se preguntó “si la crisis de fe en el Padre no estará relacionada con la crisis de la alianza entre el hombre y la mujer. De aquí nace la responsabilidad de la Iglesia y de todos los creyentes de descubrir nuevamente la belleza del diseño creador de Dios, que imprime también su imagen en el vínculo del hombre y de la mujer”.
El papa Francisco debatirá en una reunión con los obispos del mundo el próximo mes de octubre sobre la respuesta de la Iglesia a los retos de la familia moderna.
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