Rusia no consigue que la ONU niegue los mismos beneficios de las parejas heterosexuales a las parejas del mismo sexo de sus empleados
A inicios de marzo, informábamos de cómo Rusia pretendía cargarse la igualdad de beneficios que tenían las parejas de trabajadores homosexuales respecto a las de los heterosexuales, pues el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, emitió una orden administrativa en junio del año pasado para que todos los empleados de la ONU que se encontrasen en una relación reconocida legalmente por un Estado miembro podría recibir los mismos beneficios sin importar el lugar donde estuviesen trabajando ni si se tratan de personas homosexuales o heterosexuales. Y es que Rusia quería dejar a los gobiernos nacionales el determinar si los empleados de la ONU que trabajan bajo su jurisdicción son elegibles para beneficios conyugales, algo que finalmente no ha sido posible.
Por ello, diplomáticos rusos se oponía a esta igualdad de derechos para lo que se ha llevado a cabo una votación en la Quinta Comisión y en la que por suerte no han contado con el respaldo mayoritario. Rusia ha perdido su pulso contra el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por lo que al reconocimiento de los beneficios para aquellos de sus empleados que cuenten con parejas del mismo sexo que sean legalmente reconocidas se refiere. El Comité de Presupuestos de la 69ª Asamblea General ha rechazado las pretensiones de Rusia de forzar a la organización a dejar de reconocer las uniones contraídas por sus empleados con personas de su mismo sexo en países donde estas sean legales con independencia de su lugar de origen. Lo ha hecho por 80 votos contra 43, con 37 abstenciones (otros 33 países ni siquiera han votado). La decisión se puede considerar todo un triunfo para los derechos LGTB.
Antes de que en junio del año 2014 Ban Ki-moon promoviera la orden administrativa que ahora Rusia buscaba invalidar, Naciones Unidas tan solo reconocía las uniones entre personas del sexo de aquellos de sus empleados que provinieran de países donde estas tuvieran reconocimiento legal. Esto era así desde 2004, cuando el entonces secretario general Kofi Annan emitió otra orden que ampliaba los beneficios matrimoniales a las parejas en una unión civil que tuviera validez en el país de origen de los contrayentes. Una decisión que ya entonces recibió una fuerte contestación por parte de la Santa Sede y de países de mayoría musulmana, a pesar de ser claramente discriminatoria para los empleados de la ONU procedentes de estados que no permiten las uniones entre personas del mismo sexo.
Como explicábamos el pasado junio, la nueva medida promovida por Ban Ki-moon sí permite el reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo legalmente contraídas, sea cual sea su país de origen. De esta manera, los cónyuges del mismo sexo de un empleado de Naciones Unidas (incluyendo agencias y organismos especializados, como Unesco, UNICEF, FAO o ACNUR) pueden ya beneficiarse, entre otras prestaciones, de su seguro de salud o del acceso a visados de residencia. Un ejemplo real, que ya entonces mencionamos, es el de Anna Guerraggio, una ciudadana italiana que trabaja para Naciones Unidas, que se felicitaba de poder contraer matrimonio con su pareja, también italiana, en Nueva York, y que esta accediese así a las prestaciones. Con la normativa anterior, al no reconocer Italia el matrimonio igualitario los beneficios a su cónyuge estaban vedados.
La decisión despertaba sin embargo la oposición de Rusia, cuyas autoridades parecen haber asumido el liderazgo político mundial en contra de los derechos LGTB, y que argumenta que con esta decisión el secretario general se ha extralimitado en las funciones que tiene reconocidas. Rusia, como informábamos hace pocas semanas, tenía intención de forzar una votación sobre el asunto en el Comité de Presupuestos de la 69ª Asamblea General, donde no existe derecho de veto, al considerar que podría convencer a una mayoría de países hostiles a los derechos LGTB para derogar la orden administrativa emitida por Ban.
Pues bien, finalmente la votación tenía lugar este martes 24 de marzo, y el resultado ha arrojado una contundente derrota de Rusia. Defendieron el voto contrario a la propuesta rusa Letonia (en representación de la Unión Europea), Estados Unidos, Australia (en representación suya y de Canadá y Nueva Zelanda), Finlandia (en representación del bloque de países nórdicos), Suiza, Francia, Sri Lanka, Reino Unido, Alemania y México. Defendieron el voto favorable la propia Rusia, Arabia Saudí, Bielorrusia y China. Tras la votación algunos países quisieron explicar su voto, como Brasil (que votó en contra), Malasia (que votó a favor) o Indonesia (que se abstuvo, argumentando que aunque la decisión hubiera merecido una discusión previa, entraba dentro de las atribuciones del secretario general).
En la página web de Naciones Unidas puedes consultar algunas de estas argumentaciones (ítem 137). Para México, por ejemplo, por citar al único país de habla hispana que intervino…
“(…) Durante las discusiones previas a la votación de esta propuesta, quedó claro (…) que el boletín del Secretario General no establece la existencia de un estándar internacional para los matrimonios, sociedades de convivencia o figuras equivalentes, ni sobre otros arreglos legales en los que participan las personas en el ejercicio de su libertad. Las acciones del Secretario General tampoco invaden las competencias de las legislaciones nacionales, en donde se regulan este tipo de actos.
Por esta razón, mi delegación apoya la decisión del Secretario General, en el sentido de que el otorgamiento de prestaciones a los empleados de las Naciones Unidas se determine tomando en cuenta la legalidad del acto en el lugar en que sea efectuado, en sustitución de la nacionalidad del empleado. Este ajuste permite dotar de mayor certidumbre a los funcionarios de las Naciones Unidas y a sus familias, en beneficio de la Organización diversa y plural a la que todos pertenecemos.
La decisión del Secretario General promueve, además, la eliminación de la discriminación con base en cualquier motivo (…)”.
Hasta el momento no hemos encontrado en la página web de Naciones Unidas el listado completo de países que han votado en un sentido u otro. Según medios internacionales, además de los países ya citados, han votado a favor de la propuesta rusa numerosos países de mayoría musulmana, africanos y la India. En contra, la mayoría de países europeos y latinoamericanos.
No cabe duda de que se trata de una buena noticia de la que felicitarse.
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