El político venezolano Freddy Bernal afirma que “un gay puede ser policía pero no manifestarlo públicamente”
Me pregunto si “podemos” llamar homófobo a este representante de la Venezuela que encandila a algunos… Es que nos “apetece”…
El presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma Policial de Venezuela, Freddy Bernal, ha declarado, en una entrevista concedida a la cadena Globovisión, que un homosexual puede formar parte del cuerpo policial venezolano “siempre y cuando no manifieste públicamente su apetencia sexual, porque imagínate un oficial de policía que quiera ponerse camisa rosada o que se pinte los labios”. Según Bernal, la manifestación pública de la homosexualidad va “contra la estructura de formación de lo que debe ser un oficial de policía”.
“Sí, puede ser funcionario policial, siempre y cuando no manifieste públicamente su apetencia sexual, porque imagínate un funcionario que quiera ponerse camisa rosada o pintarse los labios”, dijo Bernal en una entrevista al canal Globovisión, al ser consultado sobre si un funcionario policial puede ser homosexual. “No sé en otras partes del mundo pero en Venezuela, eso no va ni con nuestra cultura”, añadió Bernal, quien también remarcó que no está contra “la diversidad sexual” y que “cada quien tiene derecho a la libre determinación sexual”.
Bernal, que dirige una comisión encargada de depurar los cuerpos policiales venezolanos, aseguró que en Venezuela “no hay discriminación de raza, sexo, o condición social”. “Como somos socialistas, aceptamos y valoramos por encima de la condición sexual la condición humana, que es lo más importante, pero en una academia de policía tiene que haber hombres y mujeres que den el ejemplo”, dijo.
Asimismo, el también exfuncionario policial, reprobó el que personas con tatuajes, zarcillos o hippies formen parte de la Policía Nacional Bolivariana e indicó que la gente con estas características podría ser enviada “al ministerio de Cultura, o al ministerio de las Comunas”. “Cómo nosotros vamos a formar un funcionario de policía con un zarcillo, y no tengo nada contra los que usan zarcillo, o cómo vamos a formar un funcionario de policía a un hippie”, señaló el también exparlamentario.
Freddy Bernal ha sido nombrado por el gobierno de Nicolás Maduro como presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma Policial, cuyo objetivo es la revisión exhaustiva del desempeño policial venezolano y una reestructuración en profundidad de las fuerzas de seguridad venezolanas. Licenciado en Ciencias Policiales y antiguo policía él mismo, Bernal llegó a ejercer como subinspector antes de dedicarse a la carrera política, en la que, entre otros, desempeñó el cargo de alcalde del municipio de Libertador, situado en el área metropolitana de Caracas, la capital venezolana, desde el 2000 al 2008.
Entrevistado respecto a sus tareas de reforma por la cadena televisiva Globovisión el pasado 18 de marzo, Bernal fue interrogado sobre la posibilidad de que las personas homosexuales pudieran servir abiertamente en los cuerpos de seguridad venezolanos. Su respuesta evidenció una fuerte homofobia basada en prejuicios y estereotipos, apenas velada por reafirmaciones sobre la igualdad de derechos de los ciudadanos de Venezuela.
Reproducimos el vídeo con sus declaraciones sobre este asunto (comienzan a partir del segundo 39), y las transcribimos a continuación:
Un homosexual puede ser funcionario policial siempre y cuando no manifieste públicamente su apetencia sexual, porque imagínate un oficial de policía que quiera ponerse camisa rosada o que se pinte los labios. No sé en otras partes del mundo, pero en Venezuela eso no va ni con nuestra cultura.
Y lo ratifico, yo no tengo nada contra la identidad sexual, cada quien tiene su derecho a la libre determinación sexual, y hay hombres y mujeres de la diversidad sexual bien calificados, intelectuales, profesores, universitarios… pero en materia de las Fuerzas Armadas nacionales, en mi opinión, o en materia de la Policía Nacional Bolivariana, podría haber una persona que sea gay, y eso es el derecho de cada quien a serlo, pero no podría manifestarlo públicamente, ¿por qué?, porque va contra la estructura de formación de lo que debe ser un oficial de policía.
Ese tipo de concepto y ese tipo de debate… sin ser xenófobo, sin ser homofóbico, sin discriminación. Porque todo el mundo en la Constitución… aquí no hay discriminación de raza, sexo o condición social. Y los socialistas, como somos socialistas, aceptamos y valoramos por encima de la condición sexual la condición humana, que es lo más importante, pero en una academia de policía tiene que haber hombres y mujeres que den el ejemplo de idoneidad, de trabajo, de sacrificio a la sociedad.
En fin, que está claro que para Bernal, las personas LGTB no parecen ser dignas de dar ese ejemplo.
Venezuela, como en tantas cosas, está quedando atrasada respecto a otros países del entorno latinoamericano en lo que se refiere a los derechos de las personas LGTB. La discusión sobre un posible reconocimiento de las parejas del mismo sexo o la adopción homoparental a nivel legislativo está congelada, a pesar de que en enero de 2014 más de 40 colectivos consignaron ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley de matrimonio igualitario.
Tampoco hay avances desde el ámbito judicial, que han sido el acicate para el reconocimiento de los derechos LGTB en otros países. En diciembre de 2013 se produjo la negativa del Registro Civil de Caracas a inscribir el matrimonio celebrado en Argentina entre dos ciudadanas venezolanas. Una negativa que tenía lugar poco después de que la justicia de ese país se negara también a reconocer a otra pareja la posibilidad de ver reconocida su unión de hecho al entender que las leyes venezolanas solo permiten entender esta unión como “entre un hombre y una mujer”, dejando como única posibilidad para la pareja la constitución de una comunidad de bienes ordinaria.
El camino no parece fácil en un país en el que, al margen de tensiones ideológicas, existe una fuerte homofobia social de base. Lo cierto es que en un ámbito como el latinoamericano, donde ya Argentina, Uruguay y Brasil permiten el matrimonio igualitario, México lo permite en algunos territorios (y su extensión a todo el país parece imparable), en Colombia hay ya varias parejas del mismo sexo casadas como consecuencia de sentencias judiciales y Chile ha aprobado una avanzada ley de uniones civiles (mientras mantiene abierto el debate sobre el matrimonio igualitario) el retraso en materia LGTB en Venezuela queda cada vez más en evidencia.
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