El Parlamento de Eslovenia ha aprobado este 3 de marzo la reforma de la Ley de Matrimonio y Relaciones Familiares, que permitirá el matrimonio entre personas del mismo sexo. La votación se ha saldado con una gruesa mayoría de 51 votos favorables frente a 28 en contra. Tan solo falta la promulgación por parte del presidente Borut Pahor para que Eslovenia se convierta en el 13º país europeo en permitir el matrimonio igualitario. También será el primer país perteneciente a la antigua Europa del Este, y el primero de mayoría eslava, en hacerlo.
La reforma de la Ley de Matrimonio ha sido una iniciativa del grupo parlamentario de Izquierda Unida, que presentó su propuesta ante el Parlamento el pasado mes de diciembre. El 10 de febrero de este 2015, el comité parlamentario correspondiente aprobó dicha propuesta por una mayoría de 11 votos a 2, con lo que podía proseguir su tramitación.
Según el ponente de Izquierda Unida, Matej T. Vatovec, “esta enmienda define el matrimonio como la unión de por vida de dos personas, independientemente de su sexo, lo que elimina la situación discriminatoria en vigor hasta ahora”. El proyecto de ley, asimismo, reforma los capítulos pertinentes para que las parejas del mismo sexo gocen de los mismos derechos que las heterosexuales, incluida la adopción.
Todas estas medidas han conseguido el respaldo del Parlamento, por una abrumadora mayoría de 51 votos contra 28. A favor han votado los diputados de Izquierda Unida, los del centrista Partido de Miro Cerar (el actual primer ministro), los Socialdemócratas y los liberales de la Alianza de Alenka Bratušek. El Partido Democrático de los Pensionistas ha dejado libertad de voto a sus parlamentarios. En contra han votado los diputados del centroderechista Partido Democrático Esloveno y los del democristiano Nueva Eslovenia.
Estos dos últimos partidos ya han comunicado que se enfrentarán a este resultado por todos los medios a su alcance. Plantearán un recurso ante el Tribunal Constitucional e intentarán que se convoque un referéndum para derogar la reforma. Ambas acciones no parecen, sin embargo, que tengan visos de prosperar. El Tribunal Constitucional esloveno ya se ha posicionado a favor de los derechos LGTB en varias ocasiones, y la ley establece que un referéndum que intenta derogar una ley aprobada por el Parlamento necesita el respaldo del 20 % de los electores para ser convocado. Eso supone el apoyo de 340.000 eslovenos, muy por encima de los 280.000 que votaron en contra de la adopción homoparental en el referéndum de 2012.
Con esta reforma, Eslovenia marca distancias con otras repúblicas exyugoslavas, como Croacia, Serbia, Montenegro o Macedonia, cuyas constituciones prohíben o están en proceso de prohibir los enlaces entre personas del mismo sexo. Por el contrario, en cuanto la reforma sea promulgada, Eslovenia se convertirá en el decimotercer estado de Europa en aprobar el matrimonio igualitario tras Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Islandia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Reino Unido (con la excepción de Irlanda del Norte) y Suecia. Según Matej T. Vatovec, “Eslovenia ha entrado hoy en el siglo XXI”, convirtiéndose en “una comunidad verdaderamente tolerante e inclusiva”.
Para conocer la evolución del matrimonio igualitario en Eslovenia, hay que echar la vista atrás hasta remontarnos al año 2010, cuando el entonces gobierno esloveno, que se había comprometido a reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo en el nuevo código de familia, se vio obligado a recular ante la reacción de los sectores católicos y de la derecha eslovena, que centraron su oposición especialmente en la cuestión de la adopción. En el mes de marzo de 2010 el Parlamento aprobaba la reforma que introducía el matrimonio igualitario en primera lectura, pero las presiones fueron tan fuertes que el Gobierno capituló y anunció en enero de 2011 que retiraba la medida.
Pese a ello, el Parlamento aprobó meses más tarde una versión modificada que al menos reconocía importantes mejoras en derechos a las parejas del mismo sexo (que en Eslovenia son reconocidas como parejas de hecho desde 2006). En lo que a la adopción se refiere, la nueva ley no permitía adoptar conjuntamente, pero sí que uno de los miembros de la pareja adoptara los hijos del otro. Pero ni siquiera estas modificaciones lograron apaciguar a los sectores católicos, que promovieron un referéndum vinculante, celebrado en 2012, en el que el código fue rechazado por un 55% de los votos. La participación ni siquiera llegó al 30%, y en la capital del país, Liubliana, el resultado fue favorable.
Eso no significó un parón en la evolución de los derechos LGTB en la más que sin duda es la más socialmente avanzada de las repúblicas exyugoslavas. En 2013, tras la celebración del referéndum, el Tribunal Constitucional de Eslovenia consideró inconstitucional la legislación eslovena en materia de herencia por discriminar a las parejas del mismo sexo. El fallo completaba una sentencia previa que ya consideraba inconstitucional la legislación eslovena de parejas de hecho por un motivo similar.
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