Condenada una florista de EE. UU. que se negó a trabajar en una boda homosexual
Un juez ha dictaminado que la florista violó la ley de protección del consumidor y la ley de antidiscriminación.
Una florista del Estado de Washington que se negó a proporcionar las flores para una boda entre personas del mismo sexo ha sido condenado por el juez del Tribunal Superior de Justicia Alex Ekstrom. La propietaria de la floristería Arlene violó la ley de protección al consumidor y la ley de antidiscriminación.
El juez desestimó los argumentos de la florista que apelaba a la libertad de expresión y religión con intención de protegerse frente a las acusaciones. Mientras que las creencias religiosas se encuentran protegidas por la Primera Enmienda, las acciones basadas en esas creencias no están necesariamente justificadas o amparadas. “La Corte ha confirmado el poder de la legislación para prohibir aquellas conductas que sean discriminatorias a pesar de que sus motivaciones se encuentren relacionadas con las creencias religiosas” cuenta Ekstrom.
Barronelle Stutzman, la propietaria de la floristeria, había vendido flores durante años a Robert Ingersoll. La mujer conocía la homosexualidad de su habitual cliente y que las flores eran en su mayoría para su pareja Curt Freed. Más tarde, cuando Washington aprobó el matrimonio igualitario en el año 2012 y Robert y su novio decidieron casarse, este primero encargó las flores a Barronelle. Ella se negó a realizar el encargo argumentando que su relación con Jesús no se lo permitía.
La pareja continuó con su boda y encargó las flores a otro establecimiento, pero realizó una pequeña ceremonia con 11 personas en lugar del gran evento que habían imaginado en un principio. Bob Ferguson, abogado y representante de la pareja, celebró la decisión del juez favorable a Robert y Curt. “La ley es clara, si eliges proporcionar un servicio a personas de diferente sexo, también debes prestar ese servicio a personas del mismo sexo” argumentaba Ferguson.
La ley establece multas de hasta 2000$ por violación de estas leyes. Peter Lavallee, abogado de la Oficina General de Estado, aseguró que se luchará contra aquellos comercios que discriminen a sus clientes, tal y como ocurrió con la floristería Arlene.
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