Eslovaquia consulta el sábado a sus ciudadanos para vetar el matrimonio igualitario
En Eslovaquia la extrema derecha gobierna la mayor región del país, y ello pasará factura este fin de semana. Y es que el próximo sábado se realizará un referéndum rodeado de polémica en el que, con el apoyo de la Iglesia católica, se preguntará a los ciudadanos si están a favor de vetar el matrimonio homosexual.
Esta consulta se sostiene en el argumento de la defensa de la familia tradicional, y ha sido puesta en marcha por la Alianza por la Familia (AZR), que logró reunir unas 420.000 firmas. Los ciudadanos tendrán que responder a tres preguntas, que incluyen la cuestión de la adopción de niños y si el matrimonio solo puede estar formado por un hombre y una mujer. Para que el resultado sea válido debe obtener más de un 50 por ciento de votos.
Así, el referendo pregunta si el matrimonio debe definirse únicamente para la unión entre un hombre y una mujer, excluyendo a los homosexuales. También se preguntará para que los gays y lesbianas no puedan adoptar a niños y para que los padres se puedan negar a que se eduque a sus hijos en materias como la sexualidad o la eutanasia.
Inicialmente hubo una cuarta pregunta que finalmente fue anulada por el Tribunal Constitucional, e iba referida a prohibir la posibilidad futura de que puedan registrarse como parejas de hecho los homosexuales, y se argumentó que la Carta Magna no permite consultas que afecten a los derechos humanos.
Según recientes encuestas, el 89 % de los eslovacos cree que la palabra “matrimonio” debe emplearse solo en uniones heterosexuales, y el 79 % se muestran contrarios a la adopción en parejas formadas por dos hombres o dos mujeres.
Ahora, el reto de los colectivos LGBT de Eslovaquia, uno de los principales países donde hombres heterosexuales protagonizan porno gay por dinero, es que dos millones de personas acudan a las urnas, ya que la legislación local exige una participación del 50 % del censo electoral para que el resultado de la consulta sea válido. Por su parte, la Iglesia católica invita a los creyentes a votar, ha puesto dinero para la campaña y ha permitido que en las iglesias se recojan firmas. Un acto más que demuestral a homofobia eclesiástica.
El resultado de este referéndum no cambiará el estatus legal de las parejas del mismo sexo, aunque puede paralizar la opción de cambios en el futuro. Las uniones homosexuales no están permitidas en el país y los intentos anteriores de promover su legalización no han prosperado en el Parlamento.
Sin embargo, varias organizaciones de Derechos Humanos, como Amnistía Internacional, han alertado del peligro de la “discriminación homofóba” que pueden provocar este tipo de votaciones. “Puede llevar a Eslovaquia a un paso atrás”, ha afirmado la activista Barbora Cernusakova.
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