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La Homosexualidad a lo largo del ciclo vital: retos y singularidades (I), por Carmen Paniagua

Martes, 3 de febrero de 2015

66841_630588500314321_534261659_nCon motivo del Orgullo, en Psicomemorias hicieron un interesante post sobre los retos y singularidades que se puede encontrar el colectivo en el desarrollo de su vida.

A lo largo de esta semana, se celebran en Madrid los actos estatales del Orgullo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). Aunque el 28 de Junio es el día internacional del Orgullo LGTB, del 2 al 6 de julio habrá diferentes actividades reivindicativas bajo el eslogan “Nos manifestamos por quienes no pueden”, en alusión a aquellos países cuyas legislaciones prohíben y/o persiguen la homosexualidad.

 Con motivo de esta fecha, en Psicomemorias queremos hacer una exposición sobre los retos y singularidades que se puede encontrar este colectivo en el desarrollo normal de su vida, desde la infancia hasta la vejez.

 A pesar de las circunstancias negativas que se van a plantear como determinantes del desarrollo de homosexuales y bisexuales, no nos tornemos pesimistas. La mayoría de las personas homosexuales o bisexuales viven su orientación sexual con normalidad, con apoyo por parte de su entorno, sin sufrir discriminación y desarrollando una vida afectiva satisfactoria y visible.

 Aunque hay países que están aprobando leyes homófobas, cada vez son más los que se suman a legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo o a controlar la discriminación que pueda sufrir este colectivo. Estos cambios legislativos van de la mano de la acción social de las asociaciones LGTB y pro-derechos humanos, que van transformando y ampliando la visión que se tiene de la homosexualidad y la bisexualidad. Poco a poco se va aceptando (que no tolerando) la existencia de personas con orientaciones sexuales diferentes, nuevos tipos de familia y nuevas formas de vivir los afectos.

 Presentaremos toda esta información en dos entradas: la primera parte el 30 de Junio (Infancia y Adolescencia) y la segunda el 3 de Julio (Adultez, Familia y Vejez).

 Infancia y Adolescencia

 Ya hablamos en Psicomemorias de las hipótesis que baraja la ciencia sobre el origen y las causas de la homosexualidad, y dejamos claro el punto de vista desde el que debe partir la Psicología al respecto.

 Partimos, por ejemplo, de la existencia de un niño, Pablo, que, por los motivos anteriormente mencionados, es homosexual (o bisexual), sea ya consciente de ello o no. Entre todos los factores que van a actuar en la vida de Pablo, son unos cuantos los que, de forma muy interrelacionada, van a influir en mayor o menor medida en su camino hacia la asunción de su homosexualidad:

 1) Heterosexismo.

 Es la presunción de heterosexualidad que ejerce la sociedad sobre sus miembros. Desde todos los estamentos sociales (familia, escuela, trabajo, cultura, instituciones, etc.) se da por sentado la heterosexualidad y por consiguiente, se invisibiliza otras orientaciones sexuales existente.

 Con suerte Pablo tendrá a alguien que le explique que hay otras formas de amar, pero en el peor de los casos, crecerá sin encontrar un referente con quien sentirse identificado, lo que le llevará a intentar sentir y comportarse de la forma “normal” que es la única que conocería.

 Esto también implicaría la incertidumbre sobre cómo será el futuro para alguien como él o qué tipo de vida y de familia podría llevar. Todo quedaría muy claro si alguien le explica a Pablo o lo ve por sus propios ojos, que hay muchos tipos de familia y que en formar alguna de ellas puede estar su felicidad.

 Ante tal forma de entender la sexualidad, es normal que su familia le pregunte: “¿Pablo, hay alguna chica que te guste?”, sin llegar a hacer nunca la pregunta complementaria “¿Y algún chico?”, que daría a Pablo la libertad de responder en función de lo que realmente siente o podrá sentir cuando crezca. El pobre Pablo interiorizará desde su infancia que aquello por lo que no se le pregunta “no existe” y tendrá que ser él mismo el que desenmarañe esa mezcla de deseos y prejuicios, que le permitirán diferenciar poco a poco qué es lo que siente y qué es lo que quiere sentir, con el objetivo de que algún día ambas cosas sean lo mismo.

 2) Homofobia.

 Es un rechazo, discriminación o aversión hacia las personas homosexuales por el mero hecho de serlo. Es posible que alguna persona cercana a Pablo haya dicho alguna vez eso de: “Prefiero que mi hijo sea drogadicto a maricón”. Si encima esa frase la dice su padre o su madre, es muy probable que el camino hacia la asunción de su propia orientación sexual no vaya a ser fácil. Al menos no tan fácil que si fuera heterosexual o si, siendo homosexual, tuviera unos padres comprensivos que le permitieran expresar sus sentimientos y anhelos con total libertad y naturalidad.

 Sin embargo, esta forma abierta y directa no es la única que tiene la homofobia para hacer daño. Al igual que ocurre con otros tipos de discriminación (machismo, xenofobia, racismo…), puede hacerse más daño con el comportamiento sutil que con el comentario directo y evidente. Puede que la madre de Pablo le diga cuando sea más mayor: “Yo acepto tu vida, pero que no se entere tu abuela”. O el simple hecho de no preguntar por su vida sentimental o no poner el mismo esmero en la boda de Pablo que en la de su hija heterosexual. La homofobia sutil se convierte en un “perdonavidas”, en una “tolerancia” mal entendida, en una forma de resignarse a la situación que tenemos delante, sin llegar a aceptarla.

 Este conjunto de actitudes no sólo dificultará la vida del Pablo adolescente que ya haya salido del armario, sino que lo alejará de su familia y creará un pacto de silencio donde ni él querrá hacer partícipes a sus padres de su vida, ni ellos querrán serlo.

 Aunque nos hemos centrado en la homofobia en la familia, estas mismas formas directas o indirectas de discriminación podemos encontrarlas (o no) en todos los ámbitos de la sociedad.

 3) Homofobia interiorizada.

 Es un rechazo, discriminación o aversión que la persona homosexual tiene hacia los homosexuales (y por tanto hacia sí mismo). Gabriel J. Martín es un psicólogo especializado en el hombre homosexual y ha definido este concepto como: un entramado de representaciones mentales, presente en una persona homosexual, según la cual la homosexualidad se valora sistemáticamente en inferioridad respecto de la heterosexualidad. La homofobia interiorizada se manifiesta en sentimientos de vergüenza y culpa así como en una respuesta de ansiedad ante situaciones en las que la persona deba manifestar directa o indirectamente su homosexualidad.

 La homofobia que ataca desde dentro es tan peligrosa (o más) que la que lo hace desde fuera. La gran tiranía de una sociedad homófoba es hacer creer a los homosexuales que son ellos los que tienen un problema que tienen que ocultar o “curar”. Es posible que, en función de la homofobia que haya vivido Pablo en su infancia o adolescencia, interiorice mensajes (creencias irracionales, que se creen sin más) que permanecen latentes hasta el momento en que la propia homosexualidad se hace presente. Este conflicto podrá generar en Pablo vergüenza, culpa, frustración, conductas desadaptativas… ¡e incluso homofobia! Pues no hay que olvidar que el rechazo hacia la propia orientación sexual también se manifiesta hacia esos comportamientos o manifestaciones que se consideren “homosexuales” por parte de otras personas (también conocido en el argot popular como “Plumofobia”).

 Salida del armario

 El proceso que llevará a Pablo a aceptar su propia homosexualidad y sentirse identificado con ella, será completamente personal e idiosincrática. Es difícil hablar de etapas o fases que toda persona debe pasar, pues el contexto en el que cada uno crece es determinante en este sentido.

 Sin embargo, es muy probable que en torno a la pubertad, con el desarrollo de la sexualidad, las primeras atracciones y amores, se produzca un punto de inflexión. Pablo se empezará a dar cuenta no sólo de qué es lo que le gusta, sino que por mucho que intente fijarse en chicas de su edad, lo que le atrae son los chicos. Esta verdad sobre sí mismo que acaba de descubrir se llevará mejor o peor en base a como hayan influido e influyan en Pablo los tres conceptos descritos anteriormente: heterosexismo, homofobia y homofobia interiorizada.

 Si todo sale bien, y Pablo le echa valor al asunto, es posible que se produzca la salida del armario. Este concepto hace referencia a la comunicación abierta y visible de la propia homosexualidad a los otros. Hay quien la hace extensible a todo el mundo, quien sólo lo comunica a un círculo íntimo, o quien no lo dice a nadie nunca (ni siquiera a sí mismo). A medida que los tiempos cambian, las nuevas generaciones cada vez son más conscientes y cada vez se abren a más personas y de forma más precoz (es la ventaja que tiene crecer y desarrollarse ahora, y no hace 50 años, por ejemplo).

 El área joven de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) ha formulado diferentes materiales que pueden ser de utilidad para los jóvenes que están en proceso de visibilizarse y contar a quienes les rodean cuál es su orientación sexual. Dan pautas generales a tener en cuenta antes de decidirse a contarlo, qué respuestas son normales recibir, y cómo tratar a aquellos que no reaccionan como esperan.

 Un referente es una persona que sirve de ejemplo, ya sea por la vida que lleva, por los éxitos que ha conseguido o por la forma de pensar que tiene, y esto en los jóvenes gays y lesbianas es muy importante. Especialmente en el caso de las lesbianas, hay pocas personas conocidas por su trabajo que den un paso al frente, se visibilicen públicamente y den ejemplo de cómo se puede ser una mujer u hombre  homosexual de éxito, con una vida feliz en todos los aspectos y además sentirse orgulloso de ello. Los y las jóvenes que viven como un tabú su sexualidad necesitan personas que desde el final del camino que ellos están recorriendo les hagan ver todo lo que pueden llegar a conseguir y que vida pueden llevar.

 Bullying homofóbico

 Un problema derivado de la homofobia en niños y adolescentes es el bullying homofóbico. Este tipo de acoso se refiere a cualquier daño hacia el joven o la joven homosexual, de carácter físico, psicológico y/o moral, por el mero hecho de aparentar o reconocer su orientación sexual, llevándose a cabo en la escuela o en entornos afines. Acosar a chicos heterosexuales que, para sus acosadores, aparentan ser homosexuales, también sería bullying homofóbico.

 Las características diferenciales del bullying homofóbico con respecto a otros casos de acoso escolar son:

  • La invisibilización de la homosexualidad en el sistema educativo. De lo que no se habla, no existe, y salirse de la norma en el instituto o colegio puede ser objeto de agresiones o burlas.
  • El rechazo familiar o la falta de apoyo específico y explícito ante las sexualidades  minoritarias. Si en el instituto no hay apoyo, al menos deberías de poder contar con el apoyo familiar para hacer frente a tan desagradable situación.
  • El contagio del estigma, no solo para las personas lesbianas, gays, bisexuales y  transexuales, sino también para quienes les apoyan. Los chicos y chicas se van viendo discriminadas y estigmatizadas no sólo por los acosadores, sino por el resto de observadores que no intervienen, y a su vez los que les apoyan son también acosados.
  • La normalización de la homofobia provoca una interiorización negativa del autoconcepto que podría derivar en la negación del propio deseo o sentimiento homosexual. Es lo que hablábamos antes, el problema de interiorizar la homofobia es que te vuelves el principal enemigo de tu libertad.
  • La vergüenza de quien se siente homosexual, dando lugar a la desconfianza para contar que es víctima de acoso, y  provocando con ello una mayor soledad y aislamiento.
  • La vulnerabilidad ante la probabilidad de convertirse en víctima de actitudes  agresivas que encuentran legitimidad en el marco social en el que se  contextualizan.

 Consecuencia de ello, los/as jóvenes LGBT que sufren acosos por su orientación sexual, presentan, por norma general, disminución en  su rendimiento académico, absentismo escolar, ocultación de su propia afectividad,  disminución de la autoestima, conflictos internos e incremento de la tasa de suicidio (3  veces superior a la del resto de estudiantes). En el futuro, los jóvenes acosados podrán ser adultos con trastornos de ansiedad, de personalidad y estrés.

 Esta forma de aislamiento y rechazo es un problema que abarca a todos los estamentos educativos, desde familia, profesorado, estudiantes e instituciones educativas.

 Sin embargo, también hay apoyo para estos chicos y chicas. El profesorado cada vez es más consciente de esto y actúan de forma contundente en defensa del acosado, a la vez que buscan prevenir futuros acosos con la formación del alumnado. El apoyo de las asociaciones LGTB es fundamental para difuminar la homofobia de los jóvenes y hacer unas escuelas más inclusivas y libres para todos y todas. Al fin y al cabo, sólo es cuestión de aprender que a la hora de amar, son más las similitudes que las diferencias.

 Camino a la adultez…

 Después de haber vivido una infancia y adolescencia con más o con menos retos que superar, Pablo se ha convertido en un hombre adulto, que tiene una vida laboral y familiar que desarrollar. En nuestra próxima entrega, desarrollaremos estos dos ámbitos cruciales de la vida adulta.

 Para saber más…

***

Carmen Paniagua

Psicóloga evolutiva y Máster Oficial en Intervención y Mediación Familiar. Actualmente, está realizando el doctorado con el estudio Health Behaviour in School-aged Children (HBSC) de la Organización Mundial de la Salud y con un proyecto de ruptura en adopción y acogimiento familiar.

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