Un tribunal de apelaciones egipcio ratifica la absolución de los detenidos en la sauna gay de El Cairo
Se cierra definitivamente el caso de los 26 hombres arrestados en una sauna de la capital egipcia. Aunque otro tribunal ya los absolvió hace apenas unos días, se confirma la decisión judicial tras la apelación que había interpuesto la fiscalía. La presentadora amarillista de televisión Mona Iraqi, que fue la responsable de llevar “el caso” ante la justicia y que pudo verse en primer término mientras arrestaban medio desnudos a los usuarios de la sauna, anuncia en su perfil profesional de Facebook que, ahora que se ha hecho pública la absolución, hablará del tema en el programa del próximo miércoles. Algunos de los acusados han manifestado, por medio de sus abogados, que estudian querellarse contra la “informadora” y el programa por la emisión pública del reportaje y por la vulneración de sus derechos.
Como ha recogido dosmanzanas en diversas informaciones, la homosexualidad no es delito en Egipto. Sin embargo, y a pesar de los agitados cambios políticos y civiles que ha experimentado el país en los últimos años, se aprecia un incremento en la presión hacia el colectivo LGTB, al que se persigue con acusaciones tan peregrinas como “escándalo público”, “atentado contra el orden y la moralidad”, “perversiones” o “libertinaje”. En este sentido, diversas organizaciones egipcias e internacionales apuntan que durante los últimos meses se habrían producido unas 150 detenciones ilegales a personas sexualmente diversas.
Pero el episodio de los arrestos en la sauna de El Cairo es uno de los que, con diferencia, ha tenido una mayor repercusión internacional. Tanto que, desde la llegada al poder en Egipto del presidente Abdel Fattah el-Sassi, es la primera ocasión en la que se ha puesto en tela de juicio la legitimidad de una operación policial de estas características, cuestionando, asimismo, la relación entre el poder político y los medios de comunicación del país.
La persecución del colectivo LGTB egipcio
El pasado mes diciembre nos hacíamos eco de la condena de un tribunal de Egipto a tres años de prisión para ocho hombres por aparecer en un vídeo en el que presuntamente se representaba la celebración de “la primera boda gay” de este país. No obstante, los ocho acusados habían negado los cargos que se les atribuían, así como que la controvertida boda fuese una ceremonia real.
El matrimonio entre personas del mismo sexo no es posible en Egipto, país árabe de mayoría musulmana donde las relaciones homosexuales no son formalmente ilegales pero (con independencia del régimen político) sí están perseguidas socialmente y se castigan a través de otras figuras legales como la “indecencia”, la “conducta inmoral” o la “ofensa a los sentimientos religiosos”.
Sin ir más lejos, hace solo unos meses nos hacíamos eco de la sentencia de un tribunal egipcio que condenaba a cuatro hombres a varios años de prisión por crear una supuesta red de prostitución homosexual, después de que la policía encontrase ropa de mujer y maquillaje en la casa de uno de ellos.
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