El Parlamento Europeo pide a Kirguizistán que no apruebe su planeada ley homófoba
El Parlamento Europeo ha pedido a Kirguizistán la retirada del proyecto de ley homófobo que tramita el Parlamento de ese país. El texto, que fue aprobado en primera lectura en octubre, es aun más duro que el vigente en Rusia, y establece multas y penas de cárcel para cualquiera que informe positivamente sobre homosexualidad.
En su resolución (que puedes leer en castellano pinchando aquí) el Parlamento Europeo “lamenta profundamente la presentación de este proyecto de ley y todas las acciones que puedan conducir a un trato cruel, inhumano y degradante, y pide a todos los países que pongan fin inmediato a la penalización de la homosexualidad” y “reitera que la orientación sexual y la identidad de género son cuestiones que se enmarcan en el ámbito del derecho individual a la intimidad garantizado por el Derecho internacional en materia de derechos humanos, según el cual deben protegerse la igualdad y la no discriminación y salvaguardarse asimismo la libertad de expresión”.
La resolución recuerda también al Parlamento kirguís “sus obligaciones internacionales y las derivadas del acuerdo de colaboración y cooperación con la Unión Europea, que incluye el pleno respeto de los derechos humanos como elemento esencial de esta cooperación” y pide expresamente la retirada del proyecto de ley “sobre la difusión de información sobre relaciones sexuales no tradicionales”.
El Parlamento Europeo pide a las autoridades kirguisas “que reafirmen públicamente que todas las personas de Kirguizistán tienen derecho a vivir libres de discriminación y violencia basadas en su orientación sexual e identidad de género, y que todo acto contrario a este derecho es ilegal y será sancionado” y recuerda que la Constitución de la República Kirguisa prohíbe adoptar leyes “que nieguen o deroguen derechos y libertades humanos y civiles” y afirma “la libertad de expresión, la libertad de información y la libertad de reunión”.
El europarlamento se muestra además “profundamente preocupado por las consecuencias negativas del debate sobre este proyecto de ley y su posible adopción, que no hacen más que aumentar la estigmatización, la discriminación y la violencia contra las personas LGBTI” y en este sentido pide a los políticos y los líderes religiosos “que eviten la retórica contra la comunidad LGBTI, incluidos el lenguaje del odio y la incitación al odio”. Entre otros puntos, la resolución recuerda a Kirguizistán que la posible adopción de este proyecto de ley “podría afectar a las relaciones con la Unión Europea”.
Varios eurodiputados españoles, entre los promotores
La resolución fue presentada por eurodiputados de varios grupos políticos, entre los cuales se encuentran ocho españoles: Elena Valenciano (PSOE), Beatriz Becerra, Fernando Maura y Maite Pagazaurtundúa (UPyD), Javier Nart y Juan Carlos Girauta (Ciudadanos), Ramón Tremosa (Convergència Democràtica de Catalunya) y Lola Sánchez (Podemos).
Un proyecto profundamente homófobo
Ya en abril informábamos del comienzo de la tramitación por parte del Gobierno de la república centroasiática de un proyecto que persigue castigar con multas y/o cárcel a todos aquellos que difundan una actitud positiva hacia “la sodomía, el lesbianismo y otras formas de comportamiento sexual no tradicional” que las hagan parecer “atractivas” o “despierten interés” en las mismas. El texto, que tiene que pasar dos lecturas más en el Parlamento y ser firmado por el presidente, prohíbe la difusión por cualquier medio de contenidos de este tipo, así como la organización y participación en asambleas pacíficas en las que se informe sobre la realidad LGTB. Sus promotores han justificado la reforma en la necesidad de “salvaguardar y proteger los valores familiares, humanos, morales e históricos tradicionales de la sociedad kirguís”.
Se trata de una ley, en definitiva, en la línea de la ya vigente en la vecina Rusia, pero aún más dura, en tanto que ya ni siquiera se contempla la excusa de “proteger a los menores”. Toda información positiva sobre homosexualidad quedará vetada, aunque esté dirigida solo a adultos. Según la propuesta inicial, las penas podrían ascender hasta seis meses de prisión y una sanción de hasta 5.000 som (unos 72 euros), que se incrementarían -si los destinatarios de la información son menores- hasta el año de cárcel y 6.000 som de multa (86 euros). La participación en reuniones o asambleas en las que se trate de forma positiva la realidad LGTB se penará con multas de hasta 1.600 som (23 euros).
Antes de ser rechazado por el Parlamento Europeo, de hecho, el proyecto de ley ha recibido la condena del gobierno de los Estados Unidos y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La dura realidad del colectivo LGTB en Kirguizistán
Kirguizistán es el séptimo país de la órbita de la antigua Unión Soviética en discutir un proyecto de este tipo, tras Rusia (que inició la senda homófoba), Ucrania, Moldavia, Lituania, Armenia y Kazajistán, aunque solo en el primero ha entrado plenamente en vigor.
En cualquier caso, aun en el supuesto de que el proyecto no vea finalmente la luz, la situación del colectivo LGTB en Kirguizistán es ya muy dura, como muestra un informe de Human Rights Watch que recogimos hace un año. Los testimonios hablan de amenazas continuas, violencia psicológica y física, detenciones arbitrarias, abusos sexuales o violaciones. Especialmente frecuentes son el chantaje y la extorsión, de forma que muchos de los extorsionados se ven obligados a pagar cantidades de dinero a los agentes para impedir que estos revelen su orientación sexual a amigos y familiares y les expongan al rechazo social o a la pérdida de sus trabajos. En las semanas que siguieron a la publicación del informe, uno de los activistas que contribuyó a la elaboración de este informe fue amenazado de muerte.
Los políticos del país y los líderes religiosos (Kirguizistán es un país de mayoría musulmana, aunque hay una importante población ortodoxa) también añaden leña al fuego de la estigmatización social de gais, lesbianas y transexuales desde los medios de comunicación.
Fuente Dosmanzanas
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