La plataforma que pide la retirada de Sálvame califica a los gays como “insalubres”
Hazte Oír posee un ideario en el que faltan el respeto al colectivo LGTB, el feminismo y el sector abortista.
La plataforma ultracatólica Hazte Oír se ha unido a la lucha contra el programa de Telecinco Sálvame. Hace días, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia dio un ultimátum a Mediaset para que adaptara los contenidos de su magazine vespertino al horario de protección infantil reforzado con la amenaza de una cuantiosa multa que podría superar los 500.000 euros. Telecinco respondió dividiendo el show en dos programas diferentes (Sálvame Naranja y Sálvame Limón), adaptando los contenidos de cada uno de ellos al horario en el que se emiten para evitar el cierre de un programa que supondría el despido de más de 200 trabajadores.
En su escrito de denuncia, Hazte Oír afirma que “actualmente el programa está calificado como no recomendado para menores de 7 años, pero su gritona tertulia sobre sexo, infidelidades, excesos y arribismo, llena de descalificaciones personales y enfoques sensacionalistas de las relaciones humanas, es claramente un contenido abusivo para cualquier menor”. La plataforma apoya de forma radical la medida tomada por Competencia asegurando que “ya era hora de que la administración actuara contra la telebasura, especialmente la emitida en horario de protección infantil” pues catalogan al espacio que conduce Jorge Javier Vázquez como un “símbolo de una televisión denigrante e inescrupulosa con las familias y sus espectadores más vulnerables”.
En el pasado, Hazte Oír ya orquestó campañas para boicotear a otros dos programas de Telecinco, La Noria y Campamento de Verano. En ellas amenazaba a los anunciantes que se publicitaran en sendos espacios televisivos con dejar de comprar sus productos. Un chantaje que puso punto y final al programa que presentaba Jordi González.
Una trayectoria cuestionable
Sin embargo, si se hace un recorrido por la historia de Hazte Oír se encuentran capítulos en los que la plataforma no sale demasiado bien parada en cuanto al respeto de la dignidad que promueven. Han dado pábulo a ‘estudios’ sobre el aborto en los que las mujeres son presentadas como individuos con trastornos depresivos y califican a las adolescentes lesbianas como seres “implicadas en comportamientos insalubres“.
Una de las encuestas apoyada por este grupo ultraconservador afirma hipótesis como que “detrás del 80 por ciento de los abortos se encuentran manifestaciones de violencia de género”, que “un 62 por ciento de las abortistas experimenta abandono y/o coacción” o que “el 80 por ciento de las mujeres que se someten a un aborto provocado sufre síntomas depresivos y la frecuencia de gestos e intentos de suicidio es del 40 por ciento”. Es más, Gádor Joya, miembro de Hazte Oír, aseguró que “el 97% de las mujeres que abortan lo hacen porque tienen una problemática social. Muchas mujeres se arrepienten profundamente cuando se dan cuenta de lo que han hecho. El aborto acaba con un ser humano y daña psicológicamente a la mujer”. De este modo, no es de extrañar que Hazte Oír haya protagonizado numerosas protestas frente a clínicas abortistas donde incluso ha tenido que intervenir la policía.
Además, el colectivo homosexual tampoco sale beneficiado en el ideario publicado en la página web de la plataforma. En él se describe a los estudiantes declarados homosexuales o bisexuales como seres que “están más implicadas en comportamientos insalubres relacionados con el sexo, el alcohol, las drogas, la violencia y el riesgo de suicidio”, se da por demostrado que los hijos criados por parejas de gays y/o lesbianas “desarrollan dificultades en su madurez” e incluso publicitan foros en los que se discute sobre una posible cura de la homosexualidad con afirmaciones como que “las personas con tendencia homosexual o bisexual que se quieran curar puedan hacerlo con facilidad y sin trabas y pueden vivir con dignidad respetándose a sí mismos para no humillarse, porque la humillación les hace sufrir“.
El feminismo es otras de las dianas de este grupo ultracatólico ya que, según su opinión, estas mujeres se empeñan en “en emular la ética y la estética del humor tabernario y la sensibilidad troglodita (…) Tienen una fijación con los genitales. Piensa que todas las vaginas son repisas donde cabe de todo”.
Fuente Cáscara Amarga
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