En una Iglesia devastada oran dos niños. Feliz Navidad 2014
La triste Navidad de los cristianos en Gaza: “No sabemos lo que nos deparará el futuro”
Dura pero esperanzadora felicitación de Xabier Pikaza en su blog:
En una iglesia devastada de algún lugar de Oriente oran dos niños ante Jesús que nace. Con ese signo de inmenso dolor y esperanza aún más grande, Mabel y yo queremos felicitar la Navidad a todos los amigos, y a los lectores de este blog.
No vemos el Belén, pero está delante de los dos niños que oran, a nuestras espaldas. Demos la vuelta, miremos y adoremos.
Jesús ha querido nacer entre las ruinas de una Iglesia casi devorada por el fuego, sin imágenes ni santos, sin altares… Entre las cenizas humeantes, María y José han limpiado un pobre espacio de amor para el Niño. Una vez más, sus enemigos (que empezaron por el viejo Herodes) no han podido matarle, ni han logrado destruir la Navidad, simbolizada en el gesto de estos niños que, como los viejos pastores y magos, miran y sufren, admiran, rezan y esperan.
Navidad en una Iglesia que renacerá de sus cenizas
Según el evangelio, Dios quiso venir a la posada de los hombres y no encontró lugar ni en la ciudad, ni en el hostal del barrio, ni siquiera en los bancos del arrabal… Más aún, sus adversarios querían quemar sus “iglesia”, destruyendo así sus huellas para siempre.
La familia de Jesús no tenía dinero ni influencias para comprarse una mansión segura, amurallada, defendida del fuego y de las armas… Pero era Dios y nació, aunque fuera en la iglesia quemada, o una cueva de pastores, un portal o puerta abandonada, una paridera de animales.
Quiso vivir entre nosotros y nació a pesar de que no hubiera lugar en la posada, a pesar de que sigan quemando su Iglesia. Decidió nace y nació, porque José y María estaban a su lado y le acogieron (como miles y millones de hombres y mujeres) y al menos dos niños fueron a rezarle (como se dice en la misma Biblia que fueron magos y pastores).
Nació Jesús y su Iglesia, es decir, la humanidad amante renacerá de sus cenizas, por encima de todas las bombas e incendios del mundo.
Cuatro felicidades
1. Felicidades a todos, en esta noche mágica del Dios que nació y sigue naciendo en Jesús y en cada uno de nosotros, aunque muchos se esfuercen en quemar el mundo, la Iglesia, la vida… Felicidades porque estuvieron allí María y José, dando la vida, manteniendo la esperanza… y porque estos niños de la Iglesia devastada han ido a verle y le rezan.
2. Felicidades a todos en esta “buena” noche, a pesar de que la mayoría seguimos ocupamos en la cosas que hacían antaño las gentes de Judá y de Roma, contando el dinero, fabricando bombas incendiarias, dejando morir de hambre a los pobres. Felicidades, porque Dios es Dios y quiere seguir viviendo en nuestra vida, aunque nuestros imperios o emporios no quieran recibirle, y le esperen con fuego.
3. Felicidades a todos en este Día de la Vida que nace, a pesar de que muchos de nuestros belenes “cristianos”, hechos de luces y lujos, no tengan lugar para aquellos que pasan hambre y quieren venir. Felicidades, a pesar de que a veces celebremos a un Jesús sin Jesús, a un Dios sin Dios, una Navidad sin nacimiento a la vida. Dos niños rezan en esta imagen de la Iglesia Quemada, porque están viendo nacer a Jesús entre las cenizas de un mundo que sigue ardiendo por culpa de los hombres como hace 2015 años.
4. Felicidades a pesar de que no haya casa para muchos niños. Belén se ocupaba entonces de sus cosas: los pisos eran caros, imposibles las rentas, todos los lugares estaban ocupados por los okupas de siempre. No había lugar para alguien que viniera de lejos, ni siquiera en las iglesias, olvidadas o quemadas… Pero estos dos niños llegaron, y otros miles y millones de niños siguen viniendo para adorar a Jesús que renace una vez de las cenizas de un mundo que nos empeñamos en quemar.
¡Felicidades a todos, con esos dos niños de la imagen!
Así nació fuera de la ciudad del mundo, en una puerta/portal abandonado donde a veces acampaban los pastores, en una paridera donde parían las ovejas, en una cueva donde anidaban las aves y tenían su cubil los animales. Así sigue naciendo en la iglesia quemada, en un mundo que corre el riesgo de incendiarse por todas partes… Se arriesgó a nacer y la acogieron José y María. Se arriesgó a nacer, y esta imagen la acogen y rezan por lo menos dos niños.
En un día como hoy, 24 de diciembre de 2015, en un mundo donde María y José vienen en pateras, en una tierra donde millones y millones de emigrantes y pobres no tienen casa…, cerca de ciudades y pueblos donde queman las iglesias, para que Jesús no nazca: ¡Felicidades a todos!
A pesar de todo, por el amor más grande de Dios y de la vida, queremos celebrar la venida de Dios para que cambie la vida de todos, hombres, mujeres y niños a los que Dios ama, con su mejor voluntad, a pesar de todo, porque ha querido nacer y ser para siempre nuestro huésped y amigo.
Mabel y Xabier
Navidad 2014
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