“Actitud emocional positiva y sida”, por Antonio Hidalgo
El próximo 1 de diciembre celebramos el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una de las enfermedades que tanto daño ha hecho y sigue haciendo, y por la que tenemos que seguir trabajando para erradicar, encontrar una cura definitiva y ser precavidos frente a ella.
Es fundamental, en nuestras relaciones, tener muy en cuenta todo lo que sabemos, y si no conocemos muy bien las posibles formas de transmisión, te invitaría a buscar información, de manera seria y responsable; a no jugar con tu salud o la salud de otros, siendo ecológicos.
Hoy en día ya hay muchos avances médicos, que permiten, mediante el tratamiento adecuado, poder vivir con esta enfermedad; y tomar las precauciones adecuadas, llevarnos a no contraerlo.
Después de esta recomendación desde la más absoluta humildad, me gustaría hablaros de las posibles situaciones emocionales que pueden surgir frente al sida. Es un tema muy amplio, que se puede tratar desde muchos puntos, pero lo voy a centrar, de manera general, en uno solo: el miedo que lleva a generar emociones negativas.
El miedo es como un dardo paralizador de elefantes. Mina nuestra autoestima, aumenta nuestra inseguridad, nos lleva a actuar de manera distinta a como pensamos, queremos o creemos; o a no actuar.
Miedo a contraerlo, miedo a compartirlo o decirlo, miedo a decir no sin preservativo porque nos puedan rechazar; y miedo a otras muchas situaciones.
El sida puede hacer que surjan muchas emociones, algunas veces contradictorias, bloqueos, frustraciones, inseguridad, experiencias estresantes, desconfianza, temor al sexo. Si lo tenemos, nos puede llevar a sentirnos estigmatizados; influir en las relaciones de pareja, sociales y familiares; lo puedes convertir en un muro que te aísle.
Está claro que la enfermedad es lo que es, y sus posibles efectos puede que no esté en nuestras manos controlarlo, pero sí podemos controlar las emociones que nos pueda provocar. Todo depende del permiso que le demos para que nos afecte de una forma u otra.
El sida no provoca el miedo, nosotros dejamos que lo provoque, tanto si lo tenemos como sino. Es fundamental para vencerlo la actitud que tengamos, una actitud de derrota nos lleva a la derrota; una actitud positiva, nos puede llevar a vencer. ¿Qué prefieres ganar o perder?
¿Qué cosas puedo hacer para que el miedo pase a ser una emoción positiva?
- La buena información. Hay un dicho anónimo que dice que “la información es poder”, no se si es poder o no, pero en este caso, sí ayuda a generar seguridad, y esta seguridad te da poder sobre ti y sobre el sida.
- Hablar sobre ello. ¿Por qué tiene que ser un tema tabú? Compartir lo que sentimos o vivimos, genera empatía y afecto. Escuchar lo que otros piensan o viven, ayuda a sentirnos comprendidos, a que no somos los únicos.
- Frente a relaciones de riesgo, hacerte un control, ir a tu médico o algún centro que te asesoren y te digan cómo actuar. Ignorarlo no quita el miedo, puede que todo lo contrario. ¿Qué te hará vivir más feliz tu salud o tu miedo?
- Si lo tienes, sentirte libre para comunicarlo cuando quieras, a quien quieras y como prefieras. Si tienes pareja, en mi caso preferiría saberlo, y si yo lo tuviera, que mi pareja lo supiera. Se puede vivir con ello, y si el otro no puede asumirlo, darle tiempo. El ponerse en lugar del otro tiene que ser mutuo, tanto en pareja como con la familia y los amigos. Y recuerda que el amor es más fuerte que todo.
- Y lo más importante, actitud emocional positiva. Darle la importancia justa, no banalizar, pero tampoco dejar que domine. Mirarlo a la cara, desafiarlo, y decirle y decirte: “no me vas a vencer, no vas a poder conmigo, yo valgo más como persona que tú como enfermedad. Voy a seguir adelante, voy a vivir mi vida, igual me toca vivirla contigo, pero tú siempre por debajo. No me vas a frenar; no me vas a separar de lo que quiero y de a quien quiero”.
Stop al sida, stop al miedo y sí a una actitud emocional positiva.
Fuente Cáscara Amarga
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