Del blog de Xabier Pikaza:
Ofrecí ayer un pequeño comentario del evangelio del Domingo de Cristo Rey (Mt 25, 31-46). Pero más que de Cristo Rey Celeste este evangelio (y esta fiesta final del año litúrgico) trata del Cristo Servidor, del Cristo Hermano, Cristo Obispo, la Gran Inversión de la historia de los hombres, Cristo hecho Iglesia o comunión humana.
Por eso añado nueve notas de la Iglesia que está al fondo de esta parábola y de todo el evangelio de Mateo. Esta parábola es judía y es cristiana, es universal, cuenta el sentido y tarea de los hombres en el mundo, desde una perspectiva de cumplimiento.
Mt 25 es un texto de juicio, como bien saben expertos y eruditos, el texto quizá más influyente de la historia espiritual (de los ideales y terrores) de la iglesia. Un texto “esculpido” en el pórtico de las iglesias románicas, el texto de fondo del Juicio Final de Miguel Ángel (Capilla Sixtina…), el texto de las obras de misericordia, del cielo y del infierno.
Sin embargo, bien leído, éste es un texto de iglesia, el texto clave de la iglesia de Mateo, como iré indicando quizá en los próximos días. Aquí ofrezco algunos de los elementos de su eclesiología, para desarrollar después, en resumen, sus implicaciones exegéticas, partiendo de un Congreso de la Fundación March del año 1977
Sigan leyendo quienes quieran saber de Iglesia, ser Iglesia, con Mt 25, en un campo mezclado de ovejas y cabras, menores y mayores, con machos cabríos de fondo. Buen día a todos.
1. LA IGLESIA SEGÚN MT 25, 31-46. NUEVE NOTAS
1. Mt 25 nos sitúa ante la Iglesia del Cristo encarnado en la necesidad y el hambre de todos los hombres y mujeres del mundo. Es el texto de una Iglesia que sale de sus límites y abarca al conjunto de todas la humanidad, todos los pueblos, “juzgados” (medidos) desde la perspectiva de la acogida y del servicio mutuo; la Iglesia ha de entenderse según eso desde el trasfondo de un mundo que vaga entre el hambre y la cárcel, por injusticia de algunos.
2. Mt 25, 31-46 es el texto de una iglesia servidora, que no puede ponerse simplemente al servicio de una transformación espiritualista del mundo, sino de la vida compartido. No se trata simplemente de no tener, sino de tener para dar y enriquecer a otros: Tener pan (haberlo trabajado…) para darlo y compartir. Compartir el agua, la patria (acoger a los exilados), la dignidad (ofrecer vestido a los desnudos), abrir espacios de salud y de libertad. Eso es la Iglesia. Eso es la Iglesia: germen de comunión integral humana, abierta en especial a los necesiados.
3. No son obras de misericordia lo que pide Jesús en Mt 25, sino obras de servicio (en texto dice “diakonía”), es decir “de humanidad”. Más tarde se ha dicho que son obras de misericordia corporal (a las que se añade enterrar a los muertos, para que sean siete)… diciendo que después vienen las obras de misericordia espirituales, que ser´´ian más importantes. Pero el evangelio no distingue entre obras de misericordia corporales y espirituales, pues la seis del texto son, al mismo tiempo, espirituales y corporales (dar de comer, dar de beber, acoger al exilado, visitar al enfermo y encarcelado). Lo que define a la iglesia no es una misericordia espiritualista sino un servicio humano, es decir, una diakonía (=sólo si hay diakonía puede haber eucaristía).
5. Esas obras de misericordia-servicio son obras de justicia… Según Mt 25, los que las cumplen se llaman simplemente “dikaioi” (los justos). Ésta es la justicia de la Iglesia (no la de un Estado político sin más): Compartir comida y bebida, vestido y patria… ofrecer ayuda a los enfermos y encarcelados. No se trata de añadir a la iglesia un toque social, sino de identificar la Iglesia con un servicio social de justicia fundado en la comida y en la acogida, como signo y presencia de Cristo.
6. La Iglesia de Mt 25 es una iglesia “pastoral”, fundada en el Cristo Pastor, que se hace presente en todas las “ovejas” (en todos los necesitados”… Éste es el principio de toda pastoral cristiana, iglesia de servicio y justicia, a favor de los excluidos sociales, no por victimismo, sino por afirmación activa (dar de comer, visitar, hacer justicia).
7. Ésta es una iglesia de choque, en medio de la gran disputa del mundo. No es una iglesia que se aísla en su desierto, sino que penetra en las calles y plazas, basureros y suburbios del mando, ofreciendo un testimonio fuerte y provocador de solidaridad. Ésta es una iglesia que levanta ampollas con su crítica fuerte, en contra de todos los que oprimen… pero no por guerra (las guerras militares suelen crear nuevas opresiones), sino en milicia de humanidad, al servicio de los excluidos, sin buscarse nunca a sí misma. En este contexto se puede y debe decir la gran palabra “apartaos al fuego…”. Todos los que oprimen a los demás (los que no dan de comer, no visitan y liberan) se destruyen a sí mismos.
8. Los obispos de esta iglesia de Mt 25, 31-46 son los que “visitan” compartiendo humanidad, los que presiden en amor a las iglesia (como dice en otro contexto el mismo Ignacio de Antioquía, que tenía algunos rasgos cercanos a Mateo). En esta iglesia de Mt 25 no había, al parecer, obispos como los actuales… pero los que visitan y ayudan a enfermos y encarcelados se llaman obispos, pues ejercen una función de “episkopein”, de actuar como obispos, visitando, asistiendo, acogiendo (es decir, animando una comunidad que da de comer y de beber, que acoge y viste, que cura y libera).
9. Esta Iglesia de Mt 25, 31-46 es una Iglesia arriesgada, que se introduce en la masa del mundo, de manera humanamente poderosa, pero sin hacerse notar por el poder… Forman parte de esta iglesia todos los que aman y sirven, y crean justicia, y realizan labores episcopales acogiendo, visitando y animando a los hombres en la dura y fuerte travesía de la vida.
2. INTERMEDIO. UNA PARÁBOLA EN MI VIDA
Con ese evangelio a cuestas corrí los caminos de la vida académica y humana a lo largo de diez años, desde el 1974 (en que empecé a trabajar una tesis doctoral en Biblia sobre el tema, bajo la dirección del hoy cardenal Albert Vanhoye) hasta que, acabada y aprobada ya formalmente la tesis (julio del 1984), fui “privado” (por primera vez) de la docencia en la Universidad Pontificia de Salamanca, por mantener (decían) doctrinas al parecer poco ortodoxas (es decir, las de Mt 25, 31-46).
Cuando me preguntaban por entonces “qué haces”, solía responder “me dedico a los cabritos” (los de Mt 25, como sabrá quien ha leído el texto). A ellos me dediqué, y quizá acabé poniéndome quizá muy cerca de ellos, y me echaron. Y tuve que dejar docencia y tesis, a lo largo de 4 años de exilio, a pan y agua.
No quise por esa razón defender la tesis, para no convertir el acto académico en posible ocasión de juicio de doctrinas (ovejas y cabritos), y por eso publique la obra, sin obtener la nota de Doctor en Biblia (era ya doctor en Filosofía y en Teología), con el título Hermanos de Jesús y servidores de los más pequeños (Sígueme, Salamanca 1984). La obra se agotó a los pocos años, y está descatalogada… Con la distancia que ofrece el tiempo, hoy hubiera defendido la tesis ya escrita, acabada y aprobada básicamente en el Instituto Bíblico de Roma.
Por eso, si Dios me concede años de vida, quiero seguir trabajando sobre el tema, recogiendo las aportaciones de aquel libro… y de los 12 o trece trabajos de investigación que publiqué sobre el tema en varias revistas (Estudios, Salmanticensis, Naturaleza y Gracia…). Así lo empiezo haciendo en mi blog, con una breve reflexión sobre la iglesia, para añadir después un breve anejo que había presentado en la Semana Internacional de Teología que patrocinó la Fundación March, en Madrid, el año 1977, con la participación de grandes teólogos como Pannenberg y el hoy Cardenal Kasper, Käsemann y L. Boff, Ch.Duquoc, y J. Gómez Caffarera.
((Texto publicado en A. Vargas-Machuca (ed), Jesucristo en la Historia y en la fe, F. March y Ed. Sígueme, Madrid/Salamanca 1979, pags. 220-228. Texto on line del libro en: ///C:/Users/Equipo/Documents/Libros%20pendientes/Mateo%20coment/HH%20Madrid%201977,%20March.pdf No se arrepentirán quienes lo descarguen. Son fundamentales las ponencias Boff y Kasper, de Käsemman y otros)
(En este contexto he querido añadir a modo de ejercicio escolar las palabras fundamentales que presenté en aquel l Congreso de Teología de Madrid, año 1977. Han pasado los tiempos, la savia del evangelio de Mt 25, 31-45 permanece).
MATEO 25, 31-46: CRISTOLOGÍA Y LIBERACIÓN
XABIER PIKAZA
A. Vargas-Machuca (ed.), Jesucristo en la historia y en la fe,
Fundación Juan March-Sígueme, Madrid/Salamanca 1978, Madrid (págs. 220-228).
Mt 25, 31-46 es uno de los textos más complejos e importantes del nuevo testamento. Literariamente ofrece elementos de parábola, alegoría, juicio moral y visión apocalíptica. En una perspectiva cristológica presenta los títulos de Hijo del hombre, Señor, Rey, Pastor y la referencia a Hijo de Dios. Su mensaje teológico es central para Mateo: muestra el juicio de Dios (bendición o maldición) y alude al sentido (éxito o fracaso) de la vida de los hombres . Leer más…
Biblia, Espiritualidad
Ciclo A, Cristo Rey, Dios, Evangelio, Festividad de Cristo Rey, Jesús, Tiempo Ordinario
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