El pasado sábado 11 de octubre se celebró el Coming-out Day, apostando por la salida del armario para personas LGTB, como la mejor opción para vivir una vida plena.
Antonio Hidalgo. 17 Octubre 2014
“Salir del armario” tiene dos aspectos, el interno y el externo. El más importante, desde mi punto de vista y el de otros especialistas, y del que hoy os quiero hablar, es el interno, el aceptarnos como somos y sentimos, lo que nos hace valorarnos y respetarnos, en definitiva querernos “al completo” (con fortalezas y debilidades).
Como persona que en su día dio ese paso, estoy totalmente de acuerdo, que la mejor opción era este coming-out; llegó un punto en que necesitaba ser coherente y alienar mi mente, cuerpo y espíritu para comenzar a vivir una vida plena.
Principalmente, necesitaba “salir de mi gran armario interior”, aceptarme a mí mismo y dejar de vivir una guerra interna constante, por mucho que había intentado darle la vuelta a la tortilla y dejar de ser gay (hablar de temas con los que no me identificaba, intentar tener novia para ver si mis gustos cambiaban, etc.), no lo conseguía. ¿Te pasa o te pasaba algo parecido?
La pregunta que me hice, y te traslado, después de muchos experimentos sin resultados, después de juzgarme y condenarme una y mil veces, fue, balanza en mano, ¿qué pesaba más?
– ¿La vida que estaba intentado llevar, con la que no me identificaba? ¿Intentar “implantarme” unos sentimientos que no existían?
– O ¿la necesidad y el derecho de ser feliz con lo que realmente sentía?
Una cosa tenía clara, algo tenía que hacer, ya no podía más. Parafraseando a Javier Iriondo en un Un lugar llamado destino (libro que os recomiendo), estaba “lo suficientemente harto de estar harto para tomar la decisión y pagar el precio que requiere ese cambio”. Estaba dispuesto a lo que fuera para comenzar a ser feliz.
La frase “el precio que requiere ese cambio” puede sonar dura, sin embargo, mereció la pena, me sentí libre, pude perdonarme, y comenzar a quererme, y no os imagináis, comencé a ejercer ese derecho de ser feliz, y ser el dueño de mi vida, mi autoestima y seguridad en mí mismo aumentó considerablemente.
¿Cuál es tu caso? ¿En qué punto te encuentras? ¿Estás harto de estar harto de vivir encerrado en ese armario interno?
Es fundamental que seas sincero contigo mismo, si la respuesta es que “solo harto” quizás aguantes un poco más, o no quieras llegar a estar harto al cuadrado, o simplemente algo que quieras seguir dejando de lado; si la respuesta es “harto y más que harto” ha llegado el momento de hacer algo por ti, de dar un paso adelante en este tema, de ponerte en movimiento y apostar por tu vida, tus sentimientos y sobre todo tu felicidad.
¿Quién debe, o quieres, que marque lo que es normal o natural; que sentir y que no; como ser o no ser? ¿TU o tu entorno, tus creencias, lo que te digan u opinen otros?
¿El ser homo o hetero es algo que tú has elegido o puedes elegir, o es algo que está ahí sin tu pedirlo? Centrado en porqué porqué y porqué poco solucionaras, mejor centrarse en salidas o soluciones que en el problema.
Un buen ejercicio que te puede ayudar es ponerte delante de un espejo, mirarte a los ojos, y pregúntate cómo te sientes realmente contigo mismo y cómo te gustaría sentirte. Deja los miedos de lado, no pongas “peros”, no pienses lo que crees que es “normal” o “natural”, simplemente déjate llevar, proyecta, visualiza cómo te gustaría verte, sentirte y vivir.
Y delante de ese espejo, mírate en lo más profundo, y comienza una historia nueva, comienza a quererte, comienza a perdonarte tantos juicios que posiblemente te has hecho, tantos sentimientos de culpa, comienza a cerrar cicatrices, a curar heridas. Levanta la mirada y comienza a sentirte orgulloso de ti mismo, eres único y genial… Dítelo con energía, con convencimiento, una y otra vez, hasta que empieces a creértelo.
Si no te sientes con fuerzas, pide auxilio, háblalo con alguien de confianza, exteriorizarlo también es de gran ayuda.
Sea lo que sea, cuanto antes mejor, te ahorrarás dolores de cabeza, de tripa, y hasta alguna úlcera…
Y sobre todo, decidas lo que decidas, quiérete y respétate, se lo que siempre has querido o deseado, nadie lo hará por ti. Y piensa que no estás solo en esto. Si quieres, cuéntanos tu caso.
“Nadie puede ser feliz, si no se aprecia a sí mismo“.
Jacques Rousseau
En próximos artículos seguiremos hablando del coming-out. Hasta la próxima semana.
Fuente Cáscara Amarga
General, Homofobia/ Transfobia.
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