Cifras malditas para la homosexualidad
Ciertos números han quedado muy asociados a la historia LGTB según el país
No vamos a hablar en este artículo de estadísticas cuantitativas, sino de números que han marcado la historia LGTB por su brutalidad:
108 en Uruguay: “En 1959 fue asesinado el locutor Bernardo Aranda, quien fue encontrado incinerado en su cama. Como se sospechaba que la víctima era gay, la Policía dio por sentado que los autores también lo eran. Enseguida fueron apresados y torturados 108 homosexuales varones que, para mayor escarnio, fueron exhibidos en un camión que circulaba por las calles céntricas de Asunción. Fue difundida una lista con los nombres de los “amorales”, tal como los denominaba la prensa de la época. El caso tuvo un impacto muy grande en la pacata sociedad que encontró un número que le ahorraba decir puto. Así, “108″ atravesó medio siglo con su carga despectiva y discriminatoria”, describe Alfredo Boccia Paz en el diario “Última hora”.
Esta semana en el país sudamericano se presentó un proyecto de ley por el que se declara un día nacional por los derechos de los gays y que insta al Ministerio de Educación a incluir en el calendario educativo el debate del caso de los “108″. Es notable como, 55 años después de que ocurrieran los hechos que le dieron fama, la cultura popular sigue asociando al número 108 con la homosexualidad.
41 en México: La vinculación se originó en 1901, durante el mandato del general Porfirio Díaz, cuando ocurrió un memorable escándalo conocido como el Baile de los 41. La Policía hizo una redada en una vivienda en la que se realizaba un bullicioso baile. Allí encontró a 22 varones y otros 19 hombres vestidos de mujer. El Gobierno se esforzó por tapar el asunto, sobre todo porque entre los apresados estaba el propio yerno de Porfirio Díaz. Pero la noticia era demasiado perfecta como para que no sea divulgada a través de panfletos, folletines y sátiras musicales. Los presos fueron enviados a lejanas unidades militares a realizar trabajos forzados.
24 en Brasil: En portugués veado significa tanto un animal (venado) como gay. Y en el popular juego clandestino de apuestas llamado jogo do bicho el venado corresponde al 24.
Fuente Ociogay
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