Fuente Proyecto Gionata:
Presentación del Obispo Geoffrey Robinson, obispo auxiliar católico romano retirado de Sídney (Australia), para “Los caminos del Amor. Conferencia internacional para una pastoral con las personas homosexuales y transexuales” (Roma, Italia, 3 de octubre de 2014), traducido por Carlos (Pastoral de la Diversidad Sexual de Santiago, Chile)
La tesis de este documento es en 3 partes: 1. No hay posibilidad de un cambio en la enseñanza de la Iglesia Católica sobre los actos homosexuales salvo y hasta que haya primero un cambio en sus enseñanzas sobre los actos heterosexuales.
2. Hay una necesidad seria de un cambio radical en las enseñanzas de la Iglesia sobre los actos heterosexuales.
3. Si, y cuando ocurra este cambio, inevitablemente tendrá un efecto en la enseñanza sobre los actos homosexuales.
PARTE UNO
No hay posibilidad de un cambio en la enseñanza de la Iglesia Católica sobre los actos homosexuales salvo y hasta que haya primero un cambio en sus enseñanzas sobre los actos heterosexuales.
El argumento constantemente de la Iglesia Católica es que Dios creó el sexo humano por dos razones: como el medio por el cual vida humana nueva viene a la existencia (el aspecto procreativo) y como un medio de expresar y promover el amor entre una pareja (el aspecto unitivo).
El argumento entonces es que el uso del sexo es “de acuerdo a la naturaleza” sólo cuando sirve a ambos propósitos divinos, y que sólo ambos están verdaderamente presente, y aún entonces sólo cuando la relación sexual está abierta a la nueva vida, de modo que todo uso de las facultades sexuales es moralmente bueno [1].
Si éste es el punto de partida, no hay posibilidad de aprobación de los actos homosexuales [2]. Es fútil buscar cambios dentro de esta enseñanza.
PARTE DOS
Hay una necesidad seria de cambio radical en la enseñanza de la Iglesia sobre los actos heterosexuales. En tanto que entendamos “procreación” como significar la producción de niños adultos más que la producción de bebés, no tengo problema con la idea de que el matrimonio es una institución de la raza humana que tiene tanto un aspecto procreativo y un aspecto unitivo.
Pero tengo cinco serias dificultades con la enseñanza de que cada acto de relación sexual debe contener ambos aspectos.
La Primera Dificultad: Un Pecado En Contra De Dios
La primera dificultad es que a través de esta enseñanza la Iglesia está diciendo que todo uso del sexo que no es tanto procreativo como unitivo es una ofensa directa en contra de Dios porque es una violación de lo que se alega ser el orden divino y natural que Dios estableció.
Esto plantea dos serias preguntas: una respecto de la naturaleza y la otra respecto de Dios.
La Pregunta Respecto de la Naturaleza
Si este orden divino y natural existe en relación a nuestras facultades sexuales, ¿no debiera existir en otras áreas de la vida humana también?
Así, los argumentos de la Iglesia respecto del sexo apuntan a muchos otros campos donde Dios ha dado un propósito divino a alguna cosa creada, de modo que ¿sería un pecado en contra de Dios usar esa cosa en cualquier otro modo? ¿Por qué es que sólo en relación al sexo se hace esta reclamación?
Recuerdo haber leído hace algunos años el argumento burlesco que el propósito natural dado por Dios de los ojos humanos es mirar adelante (por eso es que están en el frente de nuestras cabezas), de modo que los espejos retrovisores en los autos serían en contra de la naturaleza y por ello inmorales. Dado que este es un argumento burlesco, ¿no levanta preguntas sobre que queremos decir con “natural” y cuán difícil es obtener conclusiones morales de una alegación a una naturaleza establecida divinamente?
La Pregunta Respecto de Dios
Golpear a un rey o a un presidente ha sido considerado siempre una ofensa más grave que golpear a un ciudadano corriente. En línea con esto, fue dicho, el mayor rey de todos es Dios, de modo que una ofensa en contra de Dios es mucho más grave que una ofensa en contra de un mero ser humano.
Dado que todos los pecados sexuales eran vistos como ofensas directas en contra de Dios ellos eran, por lo tanto, vistos como pecados de lo más graves. Los pecados sexuales eran vistos en el mismo nivel que otro pecado que es directamente en contra de Dios: la blasfemia, y esto ayuda a explicar por qué, en la Iglesia Católica, a la moral sexual le ha sido dada por largo tiempo una importancia bastante exagerada.
Por siglos la Iglesia ha enseñado que cada pecado sexual es un pecado mortal [3].
En este campo, se mantuvo, no hay pecados veniales. De acuerdo con esta enseñanza, obtener placer deliberadamente aún de pensar en el sexo con alguien distinto que el cónyuge, no importa cuan brevemente, es un pecado mortal.
Puede que esta enseñanza no sea proclamada a viva voz hoy, pero sí lo fue por muchos papas [4], nunca ha sido retractada y ha afectado a numerosas personas.
Esta enseñanza estimuló la creencia en un Dios increíblemente furioso, por cuanto este Dios condenaría a una persona a una eternidad en el infierno por un momento único y sin arrepentimiento de placer deliberado que surge del deseo sexual. Esta idea de Dios es totalmente contraria a la idea completa de Dios que Jesús nos presentó y no puedo aceptarla.
Mi primera rebelión en contra de la enseñanza de la Iglesia sobre el sexo vino, por lo tanto, no directamente de un rechazo de lo que la Iglesia decía sobre el sexo, pero de un rechazo del falso dios que esta enseñanza presentaba.
La Segunda Dificultad: Una Enseñanza Basada en Afirmaciones
La segunda razón para el cambio es que las declaraciones de la Iglesia parecieran ser afirmaciones más que argumentos. Tanto los elementos unitivo y procreativo son aspectos fundacionales del matrimonio como una institución de la raza humana entera, pero acaso de ello se deduce:
– ¿Que ellos son elementos esenciales de cada matrimonio individual, sin importar las circunstancias?
– ¿Que ellos son elementos esenciales de cada acto individual de unión sexual? ¿Sobre qué base?
Por ejemplo, a una pareja en particular le dicen los expertos médicos que cualquier niño que ellos tuvieran sufriría de una enfermedad hereditaria grave e incapacitante, y por ello deciden adoptar mas que tener un hijo propio. ¿Están actuando en contra de la voluntad de Dios?
Otra pareja podría decidir que ya tienen varios hijos y que no son financiera y psicológicamente capaces de tener más familia. ¿Sobre qué fundamento se alega que ellos estarían actuando en contra de la voluntad de Dios?
Siempre hay problemas cuando los seres humanos alegan conocer qué es lo que piensa Dios. De modo que la declaración de que es la voluntad de Dios, y de hecho la orden, que tanto el aspecto unitivo y el procreativo deben necesariamente estar presente en cada acto sexual ¿es un hecho probado o una simple declaración? Y si es un hecho privado, ¿cuáles son las pruebas? ¿Por qué los documentos de la Iglesia no presentan dichas pruebas? [5]
¿No debiera cualquier prueba incluir la experiencia de millones de personas en el esfuerzo sumamente humano de buscar combinar sexo, amor y la procreación de nueva vida en el medio de la turbulencia de la sexualidad humana y las complejidades de la vida humana?
¿Un ideal está siendo confundido con una realidad?
Si es solo una afirmación, hay alguna razón por la cual no debiéramos aplicar el principio de la lógica: lo que es libremente afirmado puede ser firmemente negado.
Si no es más que una afirmación, ¿importan quién hace la afirmación o cuan a menudo es hecha? ¿Dónde están los argumentos a favor de la afirmación que podrían convencer a una conciencia abierta y honesta?
La Tercera Dificultad: Una Moralidad de los Actos Físicos
El tercer argumento es que la enseñanza de la Iglesia está basada en una consideración de lo que es visto como la naturaleza dada por Dios de los actos físicos en sí mismos, más que sobre estos actos como acciones de seres humanos. Y continúa haciéndolo en un tiempo en que la tendencia completa en teología moral es en la dirección opuesta.
Como resultado entra en dificultades imposibles en analizar los actos físicos sin un contexto de relaciones humanas. Por ejemplo, algunas parejas casadas descubren que hay un bloqueo impidiendo a la esperma llegar al óvulo, pero que en un procedimiento simple un doctor puede tomar la esperma del esposo e insertarla en la esposa en un modo tal que pasa el bloqueo y permite la concepción.
Pero la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó esta acción porque el acto físico no fue considerado “integral”, aún cuando la totalidad de la razón para esta intervención era precisamente que la pareja quería que su matrimonio fuera tanto unitivo como procreativo.
Los argumentos de la Iglesia respecto del sexo están basados únicamente en el acto físico en sí mismo más que en el acto físico como una acción que afecta a personas y relaciones.
La Cuarta Dificultad: La Idea de “Natural”
Fue Dios quien creó un mundo en el cual hay tanto heterosexuales y homosexuales. Esto no fue un error por parte de Dios que los seres humanos deben reparar, simplemente es una parte innegable de la creación de Dios.
Los únicos actos sexuales que son naturales para los homosexuales son actos homosexuales. No es una elección libre que han hecho entre dos cosas que son igualmente atractivas para ellos, pero algo que está incluido profundamente en su naturaleza y es algo que no pueden simplemente dejar a un lado. Los actos homosexuales les son naturales y los actos heterosexuales no lo son. Ellos no podrían llevar a cabo lo que la Iglesia llamaría actos “naturales” en un modo que sea natural para ellos.
¿Por qué debemos referirnos a una abstracción al determinar qué es natural más que a la experiencia actual vivida de los seres humanos? ¿Por debiéramos decir que los homosexuales están actuando en contra de la naturaleza cuando ellos están actuando con la única naturaleza que han experimentado?
La Iglesia alega que se basa en la “ley natural”, pero una ley natural basada en abstracciones es una ley natural falsa. De hecho, lleva todo el concepto de ley natural al descrédito.
La Quinta Dificultad: No Se Basa en las Enseñanzas de Jesús
La quinta dificultad es que toda la idea de la necesidad de tanto el elemento unitivo y el procreativo en cada acto sexual no está basado en nada que Jesús haya dicho, expresa o implícitamente, sino que viene de ideas fuera de la Biblia respecto de actos que se dice son naturales y actos que se dice son contra natura. Leer más…
Espiritualidad, Iglesia Católica
Geoffrey Robinson, Roma, Sínodo de la familia
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