Grupos homófobos piden que el gobierno de Kazajistán prohíba la “propaganda homosexual” y reintroduzca el delito de sodomía
Claves para detectar a los gays: una analítica de sangre, un ADN ‘degenerado’ y llevar pantalones de colores
El pasado 11 de septiembre tuvo lugar en Almaty, la ciudad más populosa de Kazajistán, una reunión de grupos y organizaciones de corte homófobo, que han solicitado a su gobierno la aprobación de una normativa contra la llamada “propaganda homosexual” a imitación de las leyes rusas, e incluso la reintroducción en el Código Penal del delito de sodomía. Dauren Babamuratov, líder del movimiento de corte nacionalista Bolashak, llegó a afirmar que se puede identificar a los homosexuales mediante análisis de sangre que mostrarían una supuesta degeneración en su ADN.
En la conferencia de prensa posterior al encuentro, Babamuratov expresó su preocupación por lo que considera una “invasión” de activistas LGTB en los medios de comunicación kazajos. Según sus datos “más de 100 historias que mencionan a representantes LGTB se han ‘colado’ en los medios de comunicación del país durante los últimos dos años“. A este supuesto incremento de noticias acerca del colectivo LGTB, se une la proliferación de clubes de ambiente homosexual en Almaty, la ciudad más poblada de Kazajistán, que, según el activista homófobo, la han convertido en “la capital gay de Asia central”.
Babamuratov teme que esta supuesta proliferación contribuya a la degeneración de la sociedad kazaja, ya que en su opinión “se ha caído tan bajo que las personas LGTB ya no ocultan su orientación. Se puede ver a un montón de ellos en los centros comerciales de la ciudad y en otros lugares públicos. Se trata de personas jóvenes que llevan pantalones de colores. Eso significa que ya no ocultan su orientación sexual. Creo que es muy fácil identificar a una persona gay por su ADN. Un análisis de sangre puede mostrar la presencia de degeneración en una persona”.
En la misma conferencia de prensa se encontraba el jefe del Departamento de Políticas para la Juventud de la ciudad de Almaty, que consideraba que la comunidad LGTB “está apoyada y financiada desde el extranjero”, lo cual, en su opinión, supone “un gran problema para la sociedad de Kazajistán”.
El secretario del Partido Comunista del Pueblo, Yelnur Beisenbayev, mostraba su conformidad con estas declaraciones, añadiendo que “además de la prohibición legal de la propaganda también debemos adoptar una ley contra la sodomía como la que tuvimos durante la época soviética. Necesitamos estas leyes, que harán que los homosexuales se avergüencen de sí mismos en nuestra sociedad”.
También hizo declaraciones Nagashybay Yesmyrza, un periodista conocido por considerar a Hitler un héroe de guerra. Según Yesmyrza, “para preservar la raza aria es importante que la sangre no se mezcle. Por eso Hitler estaba en contra de las personas homosexuales“. Si bien, al ser preguntado por cómo se puede “mezclar la sangre” mediante la unión de dos personas del mismo sexo, no supo dar respuesta.
Por todas estas razones, tanto desde el movimiento Bolashak como desde otras organizaciones afines se ha exigido al gobierno que incluya una normativa contra la “propaganda homosexual” en la reforma del Código de Matrimonio y Familia que se encuentra en trámite parlamentario. Dicho Código ya recoge un articulado que prohíbe la adopción a las parejas del mismo sexo. Además, los activistas homófobos solicitan que se impida a las personas abiertamente LGTB el desempeño de cargos públicos o servir en el ejército.
Homofobia social y ausencia de políticas antidiscriminatorias
Kazajastán es un estado laico, aunque su población es mayoritariamente musulmana. La homosexualidad no está penada desde 1998, año en que se reformó el Código Penal y se derogaron los artículos que incluían penas de cárcel para el delito de sodomía. La edad de consentimiento para las relaciones homosexuales son los 16 años, la misma que para las relaciones heterosexuales.
Sin embargo, no existe ningún reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, ni ninguna política contra la discriminación laboral o social de las personas LGTB. La adopción está expresamente prohibida a las parejas del mismo sexo. Tampoco se reconoce legalmente la identidad de género de las personas transexuales.
Para la periodista y activista Zhanar Sekerbayeva “no hay ‘propaganda homosexual’ en Kazajistán, pero sí hay homofobia”. Sekerbayeva acusa al gobierno kazajo de seguir los pasos del gobierno de Vladimir Putin, pues la intolerancia contra las personas LGTB es una característica común de Rusia y Asia Central. “La cuestión del matrimonio homosexual en Kazajistán nunca ha estado en la agenda”, afirma con rotundidad, “nadie ha estado promoviendo el ‘estilo de vida gay’. No ha habido discursos públicos o desfiles del Orgullo Gay. Sólo existe homofobia y discriminación contra las mujeres”.
Para la directora de Freedom House en Kazajstán, Viktoria Tyuleneva, la aprobación de un proyecto de ley semejante supondría “discriminación basada en la orientación sexual, que está prohibida por el derecho internacional y la legislación de Kazajistán, partiendo de su propia Constitución. Si se adopta esta ley, Kazajistán se enfrentará a quejas en todos los foros internacionales a los que asiste, y acarreará una tormenta de críticas por parte de todas las organizaciones internacionales”.
Fuente Dosmanzanas
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