La policía de Líbano confisca los móviles de los gays detenidos para perseguir a sus contactos de Whatsapp
Líbano aún persigue a la población LGBT, aunque con avances
Pensábamos que el límite de lo retorcido había tocado fondo ya en Líbano, pero tras la denuncia de la organización LGTB en el mundo árabe, Helem, nos hemos dado cuenta de que la realidad supera a la ficción.
Y es que, según Helem, la policía de Hobeich, en Líbano, está utilizando los móviles de las personas gays detenidas para poder “cazar” a más homosexuales, a través de las conversaciones de Wahtsapp.
“Helem ha sabido que la comisaría de Hobeich ha estado arrestando a personas en Beirut y mirando a través de sus contactos de WHATSAPP. Están llamando los contactos de los detenidos según sus conversaciones de Whatsapp para que acudan a la estación de policía y ser interrogado. Si recibe una llamada telefónica, no acuda. Llame al 71 916 146 y los representantes de Helem le indicará lo que debe hacer. NO conteste números desconocidos y guarde los números de la estación de policía Hobeich en su teléfono para poder reconocerlos. Esto es muy importante, por favor, compártelo con todos tus amigos y contactos”, informó Helem el pasado 26 de agosto a través de su Facebook.
Obviamente, se trata de prácticas abusivas e ilegales, que atentan contra la intimidad de las personas. Aunque claro, en Líbano poca vida privada se puede tener con un gobierno tan arcaico.
Fuente Ragap
Además de los avances realizados en el frente legal, el público libanés está más sensibilizado en torno a los derechos de las personas LGBT gracias al cambio de mentalidad y a la influencia de obras creativas de temática homosexual.
Además de los avances realizados en el frente legal, el público libanés está más sensibilizado en torno a los derechos de las personas LGBT gracias al cambio de mentalidad y a la influencia de obras creativas de temática homosexual.
Líbano es más tolerante con la diversidad sexual que otras zonas de Medio Oriente, pero no es fácil ser homosexual ni transgénero en este país, donde las libertades civiles siguen siendo un privilegio de ricos y poderosos.
La reciente detención de 27 hombres gays confirma que quienes no son tan afortunados y pertenecen a los sectores más vulnerables de la sociedad corren el riesgo constante de experimentar el lado más sombrío de Líbano.
El 9 de agosto pasado, la policía allanó el concurrido sauna público Hamam Agha, en Hamra, una zona de moda en Beirut. El artículo 534 del Código Penal libanés estipula que cualquier acto sexual “contrario al orden de la naturaleza se castiga hasta con un año de pena de prisión”. La redacción poco precisa de la norma se utiliza muchas veces para reprimir a la comunidad LGBT.
De los 27 hombres arrestados, “14 no libaneses siguen detenidos, aunque el juez dictaminó que deben ser liberados”, dijo Ahmad Saleh, un activista de Helem, una organización no gubernamental con sede en Beirut que defiende los derechos de la diversidad sexual.
Lamentablemente, el incidente de este mes no fue el único de su tipo. En 2013 la policía allanó Ghost, una discoteca gay en el suburbio de Dekwaneh, en Beirut. Allí detuvo a cuatro hombres, a los que sometió a acoso físico y verbal.
En un caso similar en 2012, la policía detuvo a 36 hombres en un cine del suburbio de Burj Hammoud, también en la capital del país, y los sometió a exámenes anales que presuntamente detectarían su homosexualidad.
La investigadora Lama Fakih, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), dijo que muchas veces la policía somete a exámenes anales a los hombres que sospecha que son gays, aunque los arreste por otros motivos.
Este tipo de exámenes viola las normas internacionales contra la tortura, incluida la Convención contra la Tortura y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que Líbano ha ratificado, informó Fakih.
Los exámenes anales también fueron prohibidos por el ex ministro de Justicia Antoine Kortbawi, pero la policía sigue aplicándolos y los emplea como una amenaza para obligar a los detenidos a reconocer su homosexualidad, explicó Saleh, de Helem.
Según HRW, dos hombres fueron sometidos a estos exámenes desde que la prohibición entró en vigor en 2013.
Aunque continúa la lucha por cambiar el Código Penal, Líbano avanzó en otros ámbitos. En enero de 2014, el juez Naji El Dahdah, del tribunal Jdeideh en Beirut, desestimó una demanda contra una mujer transgénero acusada de tener una relación homosexual con un hombre.
El juez falló que el género de una persona no se debe basar en su documento de identidad, sino en cómo se percibe a sí misma y en su apariencia física exterior.
En 2012, la Asociación Médica de Líbano solicitó que la policía terminara con la práctica de los exámenes anales de detección de la homosexualidad. “El supuesto de que la homosexualidad es el resultado de alteraciones en la dinámica familiar o de un desarrollo psicológico desequilibrado se basa en información errónea”, declaró a principios de 2013 la Sociedad Libanesa de Psiquiatría.
En 2009, otro juez, Mounir Suleiman, del juzgado de Batroun, decidió que las relaciones consensuales entre dos personas no se pueden considerar contrarias a la naturaleza.
Además de los avances realizados en el frente legal, el público libanés está más sensibilizado en torno a los derechos de las personas LGBT gracias al cambio de mentalidad y a la influencia de obras creativas de temática homosexual.
Los medios de comunicación y el mundo del arte desafían las normas sociales. Wajdi y Majdi, dos figuras gays de un programa cómico de televisión llamado La Youmal, popularizaron la imagen de la diversidad sexual en Líbano.
La popular conductora Paula Yacoubian también defendió los derechos de los homosexuales a través de su cuenta en Twitter.
Mashrou ‘Leila, una famosa banda de rock, discutió la homosexualidad en sus canciones y en 2013 la película En voz alta relató la historia de cinco jóvenes en un matrimonio grupal. Sin embargo, la censura oficial prohibió la película en Líbano.
“Los jóvenes son cada vez más conscientes de la temática gay”, según el activista Ghassan Makarem. La población en Líbano tiene puntos de vista más progresistas que en otros países de Medio Oriente, según un estudio de 2013 del Centro de Investigación Pew.
Aproximadamente el 18 por ciento de los libaneses cree que la sociedad debe aceptar la homosexualidad, en comparación con Egipto, Jordania y Túnez, donde más del 94 por ciento de la población considera que es una desviación.
“A pesar de los recientes avances, ser gay todavía significa ser objeto de discriminación desde el punto de vista legal, especialmente para aquellos que no tienen el dinero ni los contactos adecuados”, subrayó Makarem.
Fuente SentidoG
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