Día histórico en Colombia: Corte Constitucional avala una adopción homoparental y dos ministras lesbianas confirman su relación
Mientras la Conferencia Episcopal colombiana rechaza la adopción por parejas homosexuales afirmando que “Se perderían los valores”, nosotros nos alegramos enormemente y os preguntamos qué valores defienden ellos…
Solo como “histórica” se puede calificar la jornada de ayer para los derechos LGTB en Colombia. Por un lado, la Corte Constitucional avaló por seis votos contra tres el acceso de las parejas del mismo sexo a la adopción, aunque por el momento limita ese derecho a que uno de los miembros de la pareja pueda adoptar a los hijos del otro. Por otro lado, en un hito de visibilidad lésbica sin precedentes, dos ministras del gobierno confirmaron públicamente la existencia de una relación de pareja entre ellas.
El fallo del alto tribunal, del que fue ponente el magistrado Luis Guillermo Guerrero, expresa que “la Corte encuentra que se pueden comprometer los derechos constitucionales de los niños, cuando el Estado se abstiene de reconocer jurídicamente las relaciones de afecto y solidaridad, sólidas y estables, entre niños que tienen una única filiación, y los compañeros permanentes del mismo sexo del progenitor, con el que comparte la crianza, cuidado y manutención del menor. En esta hipótesis en las que de hecho se ha conformado este tipo de lazos, con el consentimiento del padre o madre, y que redundan en beneficio del menor, la falta de reconocimiento jurídico de tal vínculo se traduce en un déficit de protección del niño que amenaza el goce efectivo de sus derechos”.
La sentencia pone fin a la acción de tutela interpuesta por una pareja de lesbianas de Medellín, Ana Leiderman y Verónica Botero, dos mujeres que ante la imposibilidad de formalizar su matrimonio en Colombia contrajeron en 2005 unión civil en Alemania. Más tarde decidieron ser madres, para lo cual Leiderman se inseminó artificialmente con esperma donado por un conocido de la pareja. Tuvieron una niña, pero solo Leiderman figura legalmente como tal. En enero de 2009 Verónica Botero presentó una acción de tutela para que se le permitiera adoptarla, lo que dio lugar a una espiral judicial que acabó encallando en la Corte Constitucional, que en varias ocasiones anteriores había amagado con emitir una sentencia favorable para después demorarla. La pareja, de hecho, tiene ya otro hijo, del cual la madre biológica es en este caso Verónica Botero.
Aunque la semana pasada se daba prácticamente por hecho que el resultado sería favorable a la adopción por cinco votos a cuatro, la votación del jueves 21 quedó empatada cuatro a cuatro. Una novena magistrada, la doctora Martha Sáchica (que ocupa el puesto desde hace unas pocas semanas) se abstuvo de votar y pidió estudiar el expediente durante una semana más. Este jueves 28 se conocía el fallo, apoyado finalmente por seis de los nueve magistrados de la Corte.
Una decisión coherente con las previas
La decisión de la Corte Constitucional, es importante dejarlo claro, se refiere específicamente a la familia recurrente y no supone la apertura generalizada de la adopción a todas las parejas del mismo sexo. Quizá por eso el resultado de la votación final ha sido menos ajustado de lo que se preveía. Pero sí establece un precedente fundamental para que en casos similares (parejas del mismo sexo en las que uno de los miembros quiera adoptar a los que ya son reconocidos legalmente como hijos del otro) la justicia proceda del mismo modo.
El avance es importantísimo, y unido a lo que ya en 2011 determinó la Corte y posteriormente ha ratificado el Consejo de Estado (que las parejas del mismo sexo deben ser reconocidas como familia) configuran un marco jurídico considerablemente avanzado para las parejas LGTB en Colombia, un país en el que la realidad política hace muy complicado que puedan producirse avances por vía exclusivamente legislativa.
La Corte Constitucional de Colombia, recordemos, está también obligada a pronunciarse en algún momento sobre el matrimonio igualitario y así despejar la incertidumbre jurídica existente después de que ya existan al menos tres matrimonios entre personas del mismo sexo cuya validez ha sido reconocida por los tribunales.
La decisión de la Corte supone por último un jarro de agua helada a la estrategia de la Procuraduría General de la Nación, al frente de la cual se sitúa el homófobo Alejandro Ordoñez, un fervoroso católico que ha hecho de la lucha contra los derechos LGTBI uno de los ejes de su acción. Este jueves fue, sin duda, un día muy triste para Ordoñez.
Dos ministras del gobierno, pareja lésbica
Gina Parody y Cecilia Álvarez.
La histórica decisión de la Corte Constitucional se acompañaba además de otro hito, en este caso de visibilidad LGTB, aunque no deja de tener un marcado significado político. La ministra de Comercio, Industria y Turismo del gobierno de Juan Manuel Santos, Cecilia Álvarez, confirmaba públicamente su relación de pareja con su compañera de gabinete Gina Parody, ministra de Educación. Fue en una entrevista a RCN La Radio, donde Álvarez era preguntada expresamente por las implicaciones que su relación podría tener en su acción de gobierno. “Yo me pregunto, ¿por qué estas preguntas no se las hacen a los hombres? ¿Cuántos hombres con tendencias como la nuestra han estado en los gabinetes? Yo no puedo desconocer lo que soy y nunca se habló de eso; el presidente, como ser humano que es, siempre habló de mis capacidades y me imagino que en el caso de Gina también”, respondió.
“Le doy gracias al presidente porque nunca, nunca, se metió en el tema personal, sino que vio las cualidades profesionales de nosotras”, añadió Álvarez, que ya fue ministra de Transporte en el anterior gobierno de Santos. “Hay una persona que tiene méritos, y yo lo he demostrado en el sector privado y en el sector público. Y afortunadamente las épocas de persecución y rechazo ya pasaron”, apostilló.
Cecilia Álvarez es ingeniera industrial y ya ocupó la cartera de Transportes entre 2012 y 2014, respaldada por el Partido de la U (el partido del presidente Santos). Gina Parody, abogada, se convirtió en 2006 en la senadora más joven de la historia del país por el Partido de la U, cargo y formación que luego abandonó por diferencias ideológicas para presentarse como independiente a la alcaldía de Bogotá. Fue de hecho consejera presidencial para los asuntos de la capital. Tras la reelección de Santos, el presidente decidió contar con ella para la cartera de Educación.
Un gobierno, el de Juan Manuel Santos, claramente más comprometido con las personas LGTB en su segundo mandato después de este colectivo fuera uno de los que hicieron posible su victoria en la segunda vuelta de las pasadas elecciones presidenciales frente al candidato uribista, Óscar Iván Zuluaga, fuertemente apoyado por las iglesias evangélicas, pentecostales y carismáticas, para las cuales la oposición a los derechos LGTBI es clave.
Fuente Dosmanzanas
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