Ríete, ríete, y adora
Del blog À Corps… À Coeur:
Cuando te hablen de Dios con solemnidad e impudor, ante todo ríete, ríete. Si te dicen que él está allí díles que está aquí; que es bueno díles que es cruel; atento, dí que es indiferente. Y qué existe, dí que no, que no y ríete por dentro, ríete y adora. ¿Y por qué sería esto o lo otro, cómo podríamos comprender? Hemos comprendido. No conozco a Dios, estoy dentro o más exactamente en el vacío que excavo por mi suficiencia. ¿Acaso pensamos en el aire que respiramos? ¡Qué fatiga! ¡Nos han cansado con Dios! Como tampoco el pez conoce el agua que lo hace vivir: solamente su ausencia y muere.
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Jean Sullivan, en ” Alegría errante “, pp. 297-298
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