El Arzobispo ugandés John Baptist Odama, llama a “no hacer daño” a los homosexuales
El arzobispo católico de Gulu, en Uganda, ha afirmado que no debe “hacerse daño” a los homosexuales, aunque al mismo tiempo ha reafirmado la desaprobación de las relaciones entre personas del mismo sexo. Estas declaraciones se producen poco después de la anulación de la ley que endurecía el trato penal a las personas homosexuales, castigándolas en algunos casos con cadena perpetua, y que incluso obligaba a la delación.
Las declaraciones de John Baptist Odama tuvieron lugar en la Iglesia del Santo Rosario el pasado lunes 18 de agosto, en el contexto de una boda. Según este arzobispo, debemos aprender “a amar a las criaturas humanas de Dios. No es que defienda las prácticas homosexuales en el país, pero no deberíamos tomar las leyes a nuestra disposición para hacer daño y odiar a los homosexuales porque todos tenemos debilidades”.
Según Odama, la lucha contra la homosexualidad debe centrarse en “concienciar” a la juventud acerca de su supuesto impacto negativo, dado que “va contra los parámetros y normas culturales”.
Las declaraciones del arzobispo de Gulu, que por cierto un recibió en 2012 un premio por su labor pacificadora, no dejan de tener relevancia en un país como Uganda, donde numerosos líderes religiosos se han encontrados entre los principales valedores de su legislación homófoba. La postura de la Iglesia católica, en este caso, ha sido relativamente moderada. De hecho, no es la primera vez que un alto miembro de la jerarquía católica se declara en contra de los castigos que preveía la ley. Ya en marzo pasado el cardenal africano Peter Turkson, en unas declaraciones informales, afirmaba que los homosexuales no debían ser “tratados como criminales”.
Sí que es la primera vez, con todo, que las declaraciones las hace un clérigo de alto nivel incardinado en la misma Uganda, lo que podría entenderse como un implícito apoyo de la Iglesia católica ugandesa al nuevo statu quo creado tras la reciente anulación por el Tribunal Constitucional de Uganda de la ley homófoba, escudándose en un defecto procedimental, y que no pocos observadores creen que ha sido inducida por el propio presidente ugandés, Yoweri Museveni, a la que esta ley ha traído grandes quebraderos de cabeza en la escena internacional.
Una anulación que de todas formas ha sido recurrida y que en cualquier caso ha dado pie a que sus partidarios se hayan puesto en marcha para volver a aprobarla. El que fue su principal promotor, el diputado David Bahati (con conocidas conexiones con la derecha religiosa estadounidense) confía de hecho en que al final “la moral del pueblo de Uganda prevalecerá”.
Dudas sobre una denuncia de lapidación de varias personas LGTB
La anulación de la ley, de hecho, provocó el temor a que se recrudeciera la violencia contra las personas LGTB. Un temor comprensible, teniendo en cuenta el clima de odio desatado en Uganda desde que se empezó a discutir la ley y que ha propiciado decenas de incidentes homófobos, que incluyen linchamientos, violencia colectiva, incendio de hogares, chantaje, pérdida de puestos de trabajo, detenciones, expulsiones y suicidios.
Hace pocos días, de hecho, numerosos medios recogían la noticia del salvaje asesinato mediante lapidación de seis personas LGTB en una zona rural de Uganda, difundida mediante un comunicado de Friends New Underground Railroad, una organización cuáquera cuyo objetivo sería ayudar a escapar de Uganda a personas LGTB perseguidas. Pero la noticia no estaba contrastada por ninguna otra fuente y no provenía de las organizaciones que habitualmente y de forma fiable trasmiten información sobre la situación de las personas LGTB en Uganda. Días después, persisten serias dudas sobre la veracidad de la noticia, que activistas locales de contrastada trayectoria creen falsa y sobre la que no han encontrado evidencias tras trasladarse al lugar en el que supuestamente tuvieron lugar los hechos. Seguiremos en cualquier caso pendientes del tema.
Cuáqueros, General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica
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