Dom 20.08.14 Trigo y cizaña. ¿A quiénes debo cortar la cabeza?
Del blog de Xabier Pikaza:
Dom 16. Tiempo ordinario. Ciclo A: Mt 13, 24-43. El evangelio del domingo anterior (Mt 13, 1-23) había presentado el reino de Dios como una siembra (partiendo del relato base de Mc 4, 1-20). Pero Mateo no se ha contentado con esa primera elaboración del tema, sino que ha querido desarrollarlo, introduciendo unos elementos nuevos, de tipo apocalíptico, que eran comunes en el judaísmo de su tiempo. De esa forma ha creado este nuevo pasaje (Mt 13, 24-43) que ha sido y sigue siendo esencial en la visión del cristianismo.
En tiempos de Mateo
Esta nueva versión de la parábola proviene de la iglesia de Mateo, que ha elaborado y/o ampliando algunos de los elementos que se hallaban velados en la tradición cristiana. Es un tema exclusivo de su evangelio, pero algunos de sus rasgos han sido esenciales en la historia de la Iglesia:
— la oposición entre los dos sembradores, Jesús y el Diablo;
— la visión de la iglesia (el mundo) como un campo mixto donde crece trigo y cizaña;
— la imposibilidad de discernir en este mundo el trigo y la cizaña, pues están muy mezclados, en contra de todos los inquisidores de derecha o de izquierda;
— la certeza de que llega un juicio final, con la división de buenos y malos, pero con la advertencia de que no se adelante ese juicio, de que nadie tome en su mano la justicia de Dios;
— la identificación de los agentes y signos del juicio (ángeles, fuego)…, pero sabiendo que nos desbordan; nadie en el mundo es un ángel, nadie es el Diablo;
— la certeza de la salvación de los elegidos, la llamada a la paciencia, mientras nos esforzamos por ser buen trigo, queriendo que el trigo venza a la cizaña, con su oferta de pan y de vida…
En nuestros tiempos, Buenos Aires
Estamos en Buenos Aires, una ciudad que ha sido típica por su capacidad de acoger a gentes de todo tipo, gallegos y tanos, vascos y vénetos, rusos y judíos… Casi todas las naciones y razas del mundo vinieron a este puerto a lo largo del siglo XIX, y se quedaron a vivir, porque era buena la tierra y apacible la gente.
Pero también ha habido gente dispuesta a sacar la guillotina… expulsando y matando a los contrarios. En esta tierra (y en otras) se han dado también curas guerrilleros y soldados dispuestos a matar a los suyos, más que a defenderlos… Por aquí ha cabalgado también el demonio, todos los demonios. De eso ha seguido hablado este Coloquio, que quiere ser eso, simplemente Coloquio: Lugar donde se comparte la palabra…
¿Qué habría que arrancar?
Don Quijote es en Buenos Aires tan famoso como en Madrid… Por aquí sigue también cabalgando, y diciendo que es necesario arrancar esta mala semilla de sobre la haz de la tierra. Pero lo dice con humor, él, un soldado caballero que era incapaz de matar a nadie. Además, Pero su cizaña eran unos inocentes los molinos de viento…
Los inquisidores. Detrás de ese pasaje del Quijote está toda la historia de los inquisidores, que han aguzado su mente para descubrir cizaña, echándola al fuego, antes de tiempo… También hoy son muchos los que quieren arrancar, de un lado o de otro, la mala semilla, con criterios distintos:
a. Algunos (han sido numerosos en la historia) arrancarían la semilla del Papa y del Vaticano
b. Otros (también numerosos) arrancarían la semilla de los llamados herejes… para dejar una iglesia de puros, donde al final sólo quedarían ellos
Si les hiciéramos caso, a unos y otros, al final no quedaría nadie para contarlo. Pues bien, en contra de unos y de otros (de inquisidores de derecha y de izquierda), el Jesús de Mateo nos pide paciencia, que seamos capaces de crear y dar fruto en un mundo mezclado, que no empecemos a juzgar antes de tiempo, que no convirtamos la Iglesia en un campo de inquisiciones contrapuestas, cada uno queriendo arrancar a su contrario… En una historia dividida estamos. Ciertamente hay cizaña, pero no es fácil distinguirla violentamente del trigo.
De eso tratan, de un modo inicial, las reflexiones que siguen, que no explican esta parábola/alegoría, que pueden ayudar a situarla. Buen domingo a todos.
Introducción
Más que una parábola (como Mt 13, 3-9), este nuevo texto acaba siendo una “alegoría”, una explicación del texto anterior en clave de conflicto satánico y de juicio escatológico. Esta alegoría parabólica se sitúa en el centro de un proceso que comienza en la tentación (Mt 4) y culmina en el juicio final (Mt 25, 31-46). El texto consta de tres partes, construidas en forma de tríptico:
a (parábola básica): El sembrador y su enemigo (Mt 13, 24-30)
b (parábolas explicativas): ayudar a situar el tema (Mt 13, 31-35)
a’ (interpretación alegórica): resuelve el sentido de la parábola, en línea teológica (Mt 13, 36-43)
A. EL SEMBRADOR Y SU ENEMIGO (Mt 13, 24-30).
Es una nueva versión, en parte más alegorizada, de la parábola anterior (13, 3-9). Las transposiciones y cambios son fáciles de entender desde el mismo contexto mediterráneo en que la imagen se sitúa; ellos nos obligan a entender el tema en un contexto más judío, de división ética y de culminación escatológica.
Texto
Otra parábola les propuso, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: “Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?” El les contestó: “Algún enemigo ha hecho esto.” Dícenle los siervos: “¿Quieres, pues, que vayamos a arrancarla?” Díceles: “No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero (Mt 13, 24-30).
Esta parábola vincula el motivo central del mensaje de Jesús (la buena siembra) con algunos motivos centrales de la apocalíptica judía, tal como aparecía reflejada en el mensaje de Juan Bautista, centrado en la siega y en la separación escatológica. Desde ese fondo, en la perspectiva del mensaje de Jesús, los cristianos que están en el fondo del evangelio de Mateo, reinterpretan los motivos apocalípticos de la tradición judía: Leer más…
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