Ser un buen compañero para uno mismo.
Del blog À Corps… À Coeur:
Es a ti que estás en el corazón de todas tus relaciones, lo que no quiere decir en el centro. Tú eres el garante, también, de la posible mejora de la calidad de tus relaciones, lo que no quiere decir que seas el garante de toda la relación. Tú eres responsable de la estima, del respeto, del amor que llevas. Tú tienes la carga o el placer de tu desarrollo, de tu felicidad.
No cuentes más con otro para encargue de tí, para asegurar y llenar tus necesidades, para apaciguar tus deseos o proteger tus miedos. Esto vendrá también pero además, como ofrenda en lo inesperado de lo imprevisible.
No esperes del otro la respuesta, interroga más bien tus cuestiones, prolonga tus percepciones más allá de las apariencias, escucha tu sentido y confía así en todo lo desconocido y en el asombro que te habita.
Atrévete definirte y marca sin cesar la diferencia cuando el otro intenta definirte a partir de su visión, a partir de sus creencias o a partir de sus miedos.
Experimenta creando la realidad, más allá de tus certezas y más allá de tus costumbres. No vivas nada que no puedas afrontar, No produces nada que no pudieras resolver.
Ocúpate de ti realmente, diariamente.
Eres extraordinariamente único y excepcional, aunque lo hayas olvidado.
Vive como si fueras el único, y acepta relacionarte con los demás, siempre que esto sea posible, para ellos, para ti. Mira a los demás como regalos y mejor todavía, como presentes que enriquecen tu vida
La peor de las soledades no es estar solo, es ser un compañero espantoso para ti mismo. La soledad más violenta es aburrirse en tu propia compañía, entonces, no dudes más, sé un buen compañero para usted. Tu vida te lo devolverá bien.
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Jacques Salomé
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