Risas y complicidad entre los gobiernos ruso y español durante la firma del convenio de adopción que discrimina a homosexuales
Familias LGBT de España piden no ratificar el acuerdo de adopción con Rusia
Hace tres días nos hacíamos eco de la autorización final por el Consejo de Ministros de la firma del nuevo convenio de adopción con Rusia, a medida de su reciente legislación homófoba. Explicábamos que en la práctica no suponía demasiados cambios, pero que nos parecía cobarde la transigente actitud del Gobierno español. Lo que ya no esperábamos era que la firma del convenio mostrara además una indudable complicidad entre los representantes de ambos gobiernos. Las sonrisas del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y de la ministra de Sanidad, Ana Mato, sobraban en un momento en que España oficializaba un documento cuyo único objetivo, recordemos, es impedir que personas homosexuales puedan adoptar niños de origen ruso.
Afortunadamente las sanciones de la Unión Europea a Rusia por el conflicto de Crimea impidieron que viajara a España Yelena Mizulina, presidenta del Cómite de Familia, Mujer e Infancia de la Duma y una de las principales valedoras de las leyes homófobas rusas. El representante de Rusia fue finalmente su viceministro de Educación, Veniamin Kaganov. España optó sin embargo por darle a la firma una especial relevancia con la presencia de dos ministros, García-Margallo y Mato, visiblemente satisfechos. Bien podría haberse ahorrado el gobierno español el insulto y firmar el convenio a puerta cerrada. Y desde luego sin tanta sonrisa de complacencia (como las que recoge por ejemplo la fotografía de Álvaro García para El País).
Como hemos explicado a lo largo de estos últimos meses, la firma de un convenio que regulase la adopción entre Rusia y España estaba en realidad pendiente desde 2009, pero fue el verano pasado cuando se producía el bloqueo de cientos de adopciones en curso después de que Rusia aprobara una norma cuyo objeto es impedir que menores rusos puedan ser ubicados en hogares de parejas del mismo sexo o monoparentales (con objeto de asegurarse de que no serán criados por lesbianas o gays). La primera propuesta de convenio fue acordada en octubre y autorizada ya en diciembre por el Consejo de Ministros, pero luego se introdujeron modificaciones que han obligado a nuevos trámites.
Con la entrada en vigor del convenio en su versión definitiva, queda oficializado el veto a la adopción de menores procedentes de Rusia por personas solteras (la principal novedad) y parejas del mismo sexo. Por lo que respecta a estas últimas, el convenio no supone un cambio real, ya que Rusia, al igual que la mayoría de los países “emisores de niños”, ya se negaban antes a tramitar peticiones de adopción de parejas homosexuales. Pero ahora se faculta además a las autoridades rusas a hacer un seguimiento de los menores ya adoptados, que deberán mantener la nacionalidad rusa al menos hasta su mayoría de edad y permanecer inscritos en el consulado ruso. Y Rusia podrá solicitar que el menor sea reubicado con otra pareja heterosexual en caso de que la situación del menor cambie.
Ya en entradas anteriores expresábamos nuestra preocupación por el hecho de que aceptar estas condiciones suponía reintroducir en el ordenamiento jurídico español de la discriminación de las parejas del mismo sexo, de forma que si por ejemplo los padres adoptivos fallecen y su familiar más directo es gay o lesbiana no podría hacerse cargo del niño. Finalmente el Gobierno español incluía en el convenio que el seguimiento de las autoridades rusas de los menores adoptados se articulará “en tanto que lo permita la legislación del Estado receptor (España)”, lo que puede entenderse como una salvaguarda frente a esta posibilidad. Eso sí, si el menor quedara en situación de desamparo absoluto y tuviera que ser reubicado con una nueva familia solo podría ser con un matrimonio heterosexual.
En definitiva, una mala noticia por mucho que aceptemos que podría haber sido aún peor. Como expresaba por ejemplo la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), con la firma de este convenio “España se muestra cómplice y partícipe de las políticas de discriminación de países que –como Rusia y bajo la amenaza de paralizar las adopciones- no respetan los derechos humanos y discriminan a las persona por su orientación sexual e identidad de género. Esto atenta, además, contra el mandato del Congreso de los Diputados que instó al Gobierno de España en febrero a garantizar los derechos LGTB dentro y fuera de nuestras fronteras”. La FELGTB estará además atenta a las consecuencias por lo que a la situación de los menores ya adoptados respecta. “La Federación velará por que el compromiso de que esta revisión se articule siempre dentro de los márgenes permitidos por la legislación de España sea efectivo y ninguna familia sufra las consecuencias de esta ambigüedad”, expresaba.
Fuente Dosmanzanas
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