Última víctima de la homofobia en África: Aparece ahorcado un joven keniata gay
Se llamaba Flexx Amollo, tenía 20 años, y se lo encontraron colgado de un cable eléctrico anoche en su casa, en la ciudad keniata de Kisumu. Según algunos amigos activistas LGBT, el joven estaba “deprimido” y había pedido ayuda. En su último mensaje en su perfil de Facebook le decía a sus amigos que su última volunta era ‘ser enterrado muy bien’. Kenia se había convertido en uno de los refugios para la población gay en África pero parlamentarios keniatas pedían investigar en este mes de marzo por qué no se aplican las leyes homófobas del país. La respuesta no puede ser más desalentadora: El Gobierno respondía a las críticas alardeando de detener a 600 gays en cuatro años. Posiblemente, Flexx fue incapaz de soportar la presión y decidió acabar con el sufrimiento.
Las leyes contra la homosexualidad en Kenia datan todavía de la época colonial, al igual que ocurre en el caso de India. El Código Penal incluye en su Sección 162 penas de hasta catorce años de cárcel para quienes cometan actos sexuales contra natura, o la Sección 163 de hasta siete años para quienes lo intenten. De acuerdo con el artículo 165 del Código Penal de Kenia, recibirán una condena de cárcel “cualquier varón que, en público o en privado, cometa cualquier acto de grave indecencia con otro varón, o induzca a otro varón a cometer cualquier acto de grave indecencia con él, o intente inducir la realización de cualquier acto similar por parte de cualquier varón con él”. La homosexualidad en Kenia es considerada un delito y los gays son repudiados por la mayor parte de la sociedad. Ahora las leyes se están aplicando con más dureza por la presión de los sectores más conservadores. Kenia es un país mayoritariamente cristiano y profundamente homófobo. Es más, el máximo líder de la Iglesia Católica en el país, Zacchaeus Okoth, condenaba la homosexualidad por considerarla “antibíblica” y “antiafricana”.
El joven keniata Flexx Amollo viene a engrosar la lista de los reprimidos por orientación sexual. Su cuerpo ha sido trasladado a la morgue de Kisumu a la espera un informe post-mortem. Denis Nzioka, un activista de los derechos LGBTI en Kenia, expresó sus condolencias en las redes sociales: “RIP Flexx Amollo # Gonetoosoon‘.
Por desgracia, ha habido numerosos informes en los últimos meses de suicidios en los países con leyes anti-homosexuales. Sólo en Uganda, desde que se aprobó la draconiana ley, se produjeron, al menos, 17 intentos de suicidio.
Irungu Kangata, diputado por la coalición Jubilee Alliance (formada para apoyar electoralmente al actual presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta), lidera un grupo de parlamentarios que pretende endurecer las leyes kenianas contra la homosexualidad. El grupo responde a la presión que se ejerce desde determinados grupos y confesiones religiosas, que quieren emular las leyes ahora vigentes en la vecina Uganda y en Nigeria.
Kangata afirma que “vamos a plantear esta cuestión en el Parlamento, y el director de la Seguridad del Estado y el fiscal general deberán explicar por qué la policía no ha podido detener a los autores de estos crímenes”, refiriéndose a quienes practican la homosexualidad, a la que equipara con el robo o el asesinato.
El activista LGTB Denis Nzioka mantiene un fundado temor de que un proyecto de ley semejante al ugandés se ponga sobre la mesa. “Me preocupa lo que vaya a suceder”, comenta Nzioka, “si bien el proyecto de ley aún debe ser tramitado en el Parlamento y eso llevará su tiempo. Pero la comunidad y los grupos de derechos humanos están preparando un plan de contraataque para asegurarse de que nunca vea la luz”.
Los recursos a los que pueden acudir los grupos de defensa de los derechos LGTB son los legales, ya que no cuentan con ningún apoyo entre la población. El 90% de los kenianos apoyan la discriminación de las personas LGTB. La única oportunidad de que un proyecto de ley semejante no prospere se reduce a acudir a la Corte Constitucional de Kenia, y esperar a que esta lo declare inconstitucional.
¿Qué panorama le espera a la población LGBT africana?. Si la vida es dura ya de por sí en muchos países, los gays se convierten en los ‘chivos expiatorios’ de una sociedad que busca culpabilizar a alguien de los males que los aquejan: la miseria y la ignorancia.
Fuente Ragap
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