Profesores católicos despedidos por su orientación sexual piden audiencia con el Papa.
Los despidos se produjeron en diócesis católicas en Cincinnati y Oakland ,que han incluido en los contratos de enseñanza una cláusulas de moralidad que exigen a los profesores que cumplan con las enseñanzas de la iglesia.
Los profesores no tienen necesariamente que ser homosexales para ser despedidos, basta con que apoyen el “estilo de vida homosexual”.
La organización Human Rights Campaign, han entregado una carta al Vaticano en nombre de nueve maestros estadounidenses que perdieron sus puestos de trabajo en escuelas católicas, ya fuera por ser LGBTI o por apoyar a miembros de familias LGBTI.
La carta solicita una reunión con el Papa Francisco “de manera que se posibilite que escuche nuestras historias personales de primera mano y vea el impacto que las acciones de la Iglesia han tenido en todos nosotros”.
Molly Shumate, una maestra de primer grado de Cincinnati, que estuvo en su puesto durante 14 años, renunció como protesta cuando se le dijo que tenía que elegir entre su trabajo o apoyar a su hijo gay.
En Oakland, California, por lo menos cinco maestros se han negado a firmar el nuevo contrato también como protesta, y, a principios de este año, dos profesores abandonaron sus puestos de trabajo después de que se supiera que iban a casarse con sus respectivos novios.
La carta reclama que: “Hemos dedicado años, algunos de nosotros incluso décadas, a servir a nuestras comunidades como maestros, líderes y modelos a seguir. Hemos tomado la decisión consciente de trabajar dentro de la Iglesia Católica, porque creemos firmemente que una educación católica prepara a nuestros jóvenes para que sean ciudadanos responsables”.
Los profesores denuncian que “nuestras familias están sufriendo. Nos sentimos despreciados por nuestra iglesia, a la que hemos dedicado nuestras vidas. […] Sabemos que Dios no nos ha abandonado. Nuestros amigos, seres queridos, y muchos otros en nuestra comunidad no nos han abandonado. Pero creemos que la jerarquía de nuestra Iglesia nos está negando la atención pastoral y el amor que están llamados a hacer”.
Para finalizar, los firmantes de la carta expresan su esperanza en los “mensajes de aceptación” del Papa y ven en su “liderazgo pastoral la posibilidad de que la Iglesia corrija estas injusticias hirientes”.
Fuente Cáscara Amarga
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