Un informe denuncia el extraordinario incremento de los ataques a personas LGTB en Uganda
Dos hombres esperan a ser juzgados por homosexualidad
Un informe elaborado por Sexual Minorities Uganda denuncia el extraordinario aumento en los ataques contra las personas LGTB en el país desde que se promulgó la nueva ley que incrementa las penas para los delitos relacionados con la homosexualidad. Desde su aprobación, se han producido 162 de estos incidentes, que incluyen linchamientos, violencia colectiva, incendio de hogares, chantaje, pérdida de puestos de trabajo, detenciones, expulsiones y suicidios. El informe denuncia el ambiente de hostilidad creado durante todo el proceso de tramitación de la ley, cuyo fruto es la autoridad práctica para perseguir a las personas LGTB con total impunidad.
Hasta el 20 de diciembre de 2013, fecha de aprobación de la ley (aunque fue finalmente promulgada por el presidente Yoweri Museveni en febrero de 2014), se habían reportado tan solo 8 de estos ataques en todo el año, mientras que en 2012 fueron un total de 12. Como indica el informe, “esto supone un incremento de entre el 750 % y el 1900 % respecto a los años anteriores, un aumento que solo puede explicarse por la aprobación de la ley y el ambiente virulentamente homofóbico que engendró”.
La ley aprobada castiga a las personas que mantengan relaciones homosexuales con 14 años de cárcel, pena que podrá llegar a ser de cadena perpetua en los casos calificados como de “homosexualidad agravada”. Además prohíbe la denominada ”promoción de la homosexualidad”, lo que hace imposible la existencia de organizaciones que defiendan los derechos de las personas homosexuales, e incluso castiga a aquellos que conociendo la existencia de una relación homosexual no la denuncien a las autoridades.
Según el trabajo de Sexual Minorities Uganda, “la aprobación de la ley ha dado autoridad a una cultura de homofobia extrema y violenta, por la cual los agentes estatales y no estatales son libres para perseguir a las personas LGBTI de Uganda con total impunidad”. Como prueba de esa persecución, el informe describe cómo al menos cuatro hombres acusados de conducta homosexual fueron secuestrados y torturados. También denuncia que en 29 de los casos las víctimas previamente habían sido “sacadas del armario” por los medios de comunicación.
Símbolo terrible del estado de angustia en que pueden llegar a vivir los homosexuales ugandeses es el suicidio de un adolescente de 17 años el pasado mes de abril, que ingerió veneno hasta morir, pues sentía que su vida “ya no tenía valor”. Otros, como se ha constatado en al menos 25 casos, optan por el exilio, buscando asilo en las vecinas Ruanda y Kenia.
Jonathan Cooper, de la organización londinense Human Dignity Trust, que ofrece apoyo legal por todo el mundo a quienes son objeto de persecución, opina que “este informe muestra el precio humano que se paga cuando la comunidad LGBTI se convierte en un objetivo así. En lugar tener la capacidad de seguir adelante con sus vidas, mientras disfrutan de la posibilidad del amor y la intimidad que todas las personas deberían esperar, los ugandeses LGBTI son vilipendiados, degradados y menospreciados”.
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