Gene Robinson, primer obispo gay casado de la iglesia episcopaliana se divorcia.
Fue el primer obispo gay en casarse
“Las parejas de gays están sujetas a las mismas complicaciones que las heterosexuales“, ha dicho
“Mi convicción en el matrimonio sigue intacta”
Gene Robinson, que se convirtió en 2003 en el primer obispo episcopaliano abiertamente gay, ha anunciado su divorcio en una declaración enviada a la diócesis de New Hampshire, al frente de la cual estuvo durante casi una década (hasta su retirada el año pasado). Su ordenación fue un acicate decisivo para el debate sobre la homosexualidad que de forma muy intensa ha recorrido la comunión anglicana en los últimos años. Robinson mantenía con su marido, Mark Andrew, una relación de 25 años, aunque no formalizaron una unión civil hasta 2008. Dos años después se casaron, una vez que New Hampshire aprobó el matrimonio igualitario.
El que fuera obispo de New Hampshire hasta el año pasado, Gene Robinson, y su pareja, Mark Andrews, han estado juntos durante 25 años. Era de una de las relaciones más consolidadas entre un seglar y un destacado miembro de la Iglesia Episcopal, además, de ser la primera pareja del mismo sexo que se casaba en el seno de esta confesión religiosa. Seis años ha durado su matrimonio, una ceremonia que se celebró en 2008, ahora el sacerdote acaba de anunciar que se van a divorciar de mutuo acuerdo.
El primer obispo abiertamente homosexual de la Iglesia Episcopaliana, perteneciente a la Comunión anglicana, Gene Robinson, cuya elección al frente de la diócesis del estado de New Hampshire hace una década desató una gran polémica, ha anunciado este domingo que se divorciará de su marido tras cuatro años de matrimonio. Gene Robinson, que se retiró de su cargo en 2013, anunció el futuro divorcio en una carta enviada a la diócesis episcopal de New Hampshire y en un ensayo publicado por el diario ‘Daily Beast’, en el que ha subrayado que “Mis convicciones sobre el matrimonio no se han visto alteradas por la realidad de divorciarme de alguien a quien he amado durante mucho tiempo, y a quien seguiré amando aunque nos separemos. El amor perdura aunque no perdure el matrimonio, continúa. en el que ha subrayado que “su convicción en el matrimonio sigue intacta”. En el diario, el sacerdote se mostraba triste ante la noticia: “Recientemente, mi compañero y esposo durante más de 25 años y yo decidimos divorciarnos. Si bien los detalles de nuestra situación los mantenemos adecuadamente en privado, estoy tratando de ser lo más abierto y honesto anunciando nuestra decisión ya que este es uno de esos momentos difíciles de mi vida”, explicaba.
Aunque Robinson se guarda los motivos que han llevado a la pareja a tomar esta dura decisión, sí ha aclarado que se trata de un paso dado de mutuo acuerdo: “Las razones para poner fin a un matrimonio recaen sobre los hombros de las dos partes: las oportunidades perdidas para decir y hacer las cosas que podría haber marcado la diferencia, los caminos no tomados, las decepciones que enfrentan…”. Robinson también ha querido aclarar que las posturas irreconciliables en una pareja afectan a cualquier matrimonio independientemente de su orientación sexual: “Es por lo menos un pequeño consuelo para mí, como defensor de los derechos de los homosexuales y la igualdad del matrimonio, saber que al igual que cualquier matrimonio, las parejas de gays y lesbianas están sujetos a las mismas complicaciones y dificultades que aquejan a los matrimonios entre parejas heterosexuales“, ha dicho el prelado. Robinson ha indicado que los detalles de su divorcio de Mark Andrew, con el que se casó en 2010 cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en el estado, serán privados. «Como pueden imaginar, son momentos difíciles para nosotros, no se trata de una decisión tomada a la ligera o sin mucho discernimiento», añadía Robinson en un emotivo artículo publicado en The Daily Beast.
En este sentido, Robinson explica que sigue teniendo fe en el matrimonio aunque el suyo no haya resultado como esperaba: “Todos tenemos la intención sincera, cuando tomamos nuestros votos matrimoniales, de estar a la altura del ideal de ‘hasta que la muerte nos separe’. No obstante, mi creencia en el matrimonio no ha disminuido por la realidad de divorciarme de alguien a quien he amado desde hace mucho tiempo, y continuaré amando, incluso cuando nos separamos. El amor puede soportarlo todo, incluso, si el matrimonio no lo puede”, concluye el comunicado del sacerdote. Robinson fue elegido recientemente para ofrecer las oraciones de cierre en celebración de pascua en la Casa Blanca Pascua junto con 150 líderes religiosos.
Robinson, que fue consagrado en 2003, es un firme defensor de que las Escrituras defienden la homosexualidad. ”Vamos a tomar la parte de atrás de la Biblia, la que nos han ocultado. Ya sabéis, esas son nuestras Escrituras también”, ha dicho alguna vez.
Una ordenación que estimuló el debate en la comunión anglicana
El divorcio de Robinson es importante por todo lo que él ha representado. Su ordenación como obispo de la Iglesia episcopaliana (rama estadounidense de la comunión anglicana) abrió una profunda crisis en el anglicanismo que aún continúa. Y es que después de una moratoria autoimpuesta tras la ordenación de Robinson, en 2009 los episcopalianos retomaban la senda inclusiva y volvían a ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. Más recientemente, en verano de 2012, aprobaban la ordenación de personas transexuales, así como la creación de un rito litúrgico de bendición de las parejas del mismo sexo (aunque los sacerdotes episcopalianos podían desde 2009 bendecir este tipo de uniones, cada uno lo hacía a su modo). Decisiones que han generado profundas tensiones en el anglicanismo, enfrentado a un equilibrio cada vez más precario entre los episcopalianos, en un extremo, y las iglesias anglicanas africanas, algunas virulentamente homófobas, en el otro.
La nominación de Robinson impulsó a un grupo de 19 obispos, conducidos por el obispo Robert Duncan, de la Diócesis de Pittsburgh, a realizar una declaración de advertencia sobre un posible cisma dentro de la Iglesia Episcopal en los Estados Unidos de América y la Comunión Anglicana. De este sentimiento se hicieron eco con posterioridad el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien expresó que tal decisión alteraría la Comunión pero que era aún muy temprano para determinar cuales serían las consecuencias; el ya retirado arzobispo sudafricano, Desmond Tutu expresó que no veía las razones para tanto escándalo y manifestó que la elección no afectaría a la Iglesia de la Provincia de África Meridional. Otros importantes obispos como Peter Akinola, arzobispo de la Iglesia de Nigeria, planteó que su iglesia estaba en “comunión desigual” con la Iglesia Episcopal en los Estados Unidos de América..
La homosexualidad de Gene Robinson fue un tema muy conflictivo en el seno de la Iglesia Episcopal. Fue elegido obispo por la diócesis de Nuevo Hampshire el 7 de junio de 2003. Como su elección se produjo dentro de los 120 días de sesiones de la Convención General de la Iglesia Episcopal en los Estados Unidos de América, su ratificación quedó en manos de dicha convención en lugar de efectuarse por el proceso alternativo de los comités en funciones de la diócesis.
La Convención General de 2003 se convirtió en el centro de debate sobre la elección de Robinson cuando conservadores y liberales dentro de la iglesia debatían si Robinson debía ser ordenado obispo. Algunos conservadores amenazaron con un cisma tanto dentro de la Iglesia Episcopal como asimismo dentro de la Comunión Anglicana si Robinson resultaba elegido.
Robinson ganó inmediatamente las dos primeras votaciones de las tres necesarias para que su elección fuera ratificada, pero a partir del 4 de agosto se produjeron alegatos de que había molestado en dos ocasiones a David Lewis, un parroquiano adulto, y que tenía conexiones con sitios pornográficos en Internet. Entonces el voto final se pospuso.
Era ya sabido que Robinson estaba asociado con Outright, una organización de apoyo a los jóvenes homosexuales. El día que se produjeron los alegatos, el sitio en Internet publicó una nota aclaratoria en la que se explicaba sobre la cancelación de los vínculos pornográficos que contenía dicho portal con althingsbi.com por desconocimiento del contenido y expecificó que el Sr. Robinson no estuvo vinculado al diseño de la página de Outright.
David Lewis, el hombre al que supuestamente había tocado en dos ocasiones, alegó que los puntos tocados habían sido el brazo y la espalda en un marco público y reconoció que aunque el contacto físico le resultó desagradable, otras personas podrían clasificar el incidente de “natural”. Dijo además que se arrepentía de haber usado la palabra “acoso” en un correo electrónico y que rehusaba a presentar una demanda formal.
Las investigaciones concluyeron el 5 de agosto y Robinson quedó exento. La votación final se fijó para ese mismo día. Robinson fue confirmado con 62 votos a favor y 45 en contra. Fue consagrado el 2 de noviembre de 2003 a pesar de las continuas objeciones, algunas de las cuales fueron hechas públicas durante la ceremonia. La consagración se efectuó en una pista de hockey sobre hielo en Duham, New Hampshire.
Por lo que se refiere a Robinson, tanto durante sus años como obispo de New Hampshire como tras su retirada ha sido un defensor prominente de los derechos de las personas LGTB. Entre otras acciones, ha participado en el proyecto It Gets Betterpara prevenir el suicidio de los adolescentes no heterosexuales. También ha tenido numerosas intervenciones públicas para defender los derechos de las personas LGTB cristianas, como por ejemplo en el documental For the Bible tells me so, ganador de varios premios en el año 2007.
Es muy posible que los enemigos de la igualdad LGTB intenten aprovechar en su favor el divorcio de Robinson, como si las parejas heterosexuales no se divorciaran. Pero difícilmente una relación de más de 25 años puede calificarse de “fracaso”. Por más que Gene Robinson y su marido se separen, sus años en común siempre formarán parte de sus vidas.
Robert Lundy, un portavoz del Consejo Americano Anglicano, una beca para los conservadores teológicos, dijo que el argumento en contra del matrimonio gay está basado en la Biblia y no será ayudado o perjudicado por la disolución de cualquier matrimonio.
‘La enseñanza de la Biblia y la Comunión Anglicana es muy claro que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer para toda la vida’, dijo Lundy en una entrevista telefónica.
El Rev. Susan Russell, un líder de los derechos de los homosexuales Episcopal en la Diócesis de Los Ángeles, quien predicó durante la unión de Robinson y Andrew, dijo que el fin del matrimonio de los hombres fue algo trágico, pero Robinson seguiría siendo el ‘icono de un hombre fiel y cristiano que vive su vocación, no por su voluntad, sino por su ubicación en la historia.’
Fuentes: Religión Digital, Ragap, Ociogay, InOutPost y Dosmanzanas
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