El Agua Viva.
Del blog de la Communion Béthanie
Señor, tú sabes de qué manera el hombre está destrozado por la sed,
sed de agua, como la mujer de Samaria,
que, cada día, viene para sacar con su cántaro,
pero la sed es todavía mucho más persistente ,
por escuchar una palabra o una mirada para compartir,
una simple sonrisa, un gesto o un diálogo ,
anhelando un poco de atención o consideración.
Pero esta sede humana esconde, lo sabes, Señor,
otra sed más profunda todavía que la del pozo de Jacob,
la sed de un poco de amor, de ternura o de perdón,
la sed de comunión o de reconciliación,
la sed de verdad, de fidelidad y de serenidad.
Señor, da a nuestros corazones esta agua viva que calma para siempre nuestra sed.
Entonces nuestro ser se hará un pozo de Jacob donde cada uno podrá venir
para sacar en abundancia
el amor,
la seguridad
o el consuelo del que necesita tanto.
¡Nuestros amigos y nuestros vecinos encontrarán allí una espacio de amistad,
los pobres y los desgraciados una puerta siempre abierta!
Y el mundo verá qué fuerte es el aliento del Espíritu
que da a tantos corazones sedientos
el agua viva de la fuente que jamás se seca.
*
Amen.
***
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