Son las declaraciones del papa Francisco un signo de apertura a las uniones civiles?
Volvemos hoy a tratar el tema del comentario del Papa Francisco acerca de los Uniones Civiles y el Matrimonio, que ya habíamos publicado sin comentario alguno, pero que parece han removido las aguas de la Iglesia católica esta última semana. El papa Francisco, quien en una entrevista al Corriere della Sera ha hecho una breve mención a las uniones civiles en un tono de cierta apertura.
Las declaraciones del papa Francisco sobre las “uniones civiles” tuvieron lugar una entrevista al diario italiano Corriere della Sera, publicada en castellano por el argentino La Nación. La entrevista es bastante extensa pero la referencia a las uniones civiles es breve. A la pregunta del entrevistador “Muchos países regularon la unión civil. Es un camino que la Iglesia puede comprender, pero ¿hasta qué punto?”, Francisco responde: “El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Los Estados laicos quieren justificar las uniones civiles para regular aspectos económicos entre las personas, como por ejemplo asegurar la asistencia sanitaria. Se trata de pactos de convivencia de diversa naturaleza y no ahora no sabría enumerar sus diversas formas. Es necesario ver los diversos casos y valorarlos en su variedad”. La traducción española difundida, por cierto, dice “obra social” en lugar de “asistencia sanitaria”, cuando el original es “assistenza sanitaria”.
El papa, de todas formas, reafirmó la doctrina católica oficial sobre el matrimonio pero parecería abrir la posibilidad de admitir las uniones civiles. Aunque no se refirió de forma expresa a las uniones civiles “entre personas del mismo sexo”, la referencia previa al carácter heterosexual del matrimonio parece sugerir que pensaba en ello. En todo caso, su apertura a las uniones civiles se justificaría solamente en los “aspectos económicos” de la convivencia, sin hacer referencia al amor entre quienes las forman. Términos que quedan muy lejos de lo que los propios colectivos LGTB cristianos reclamamos. Sea como sea, y sobre todo por venir del Papa, el tono de las declaraciones, alejado de las habituales diatribas condenatorias, resulta bastante significativo.
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