Decía la cabeza de la Iglesia de Inglaterra la semana pasada que no quería medias tintas en lo que se refería a la aceptación de las parejas gays. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, pidió un posicionamiento claro. Pero la realidad del informe pastoral ha sido otra muy distinta, porque las parejas gays anglicanas se quedarán a medias en la aceptación de su Iglesia. Desde luego no se les va a expulsar. Podrán seguir yendo a misa y comulgar junto al resto de fieles. Que no iban a poder casarse por la Iglesia estaba claro desde el principio, pero sí había entrado en discusión que pudieran recibir una bendición oficial de un cura. Ni sí, ni no. La bendición no llevará tal nombre (‘Blessing’ tiene un significado muy profundo para los creyentes de esta confesión). Será más bien como una oración informal del cura por la nueva pareja. Pero solo podrán recibirla tras una discusión pastoral con el párroco sobre los motivos por los que no aceptan la enseñanza oficial de la Iglesia. Esto es, que el matrimonio solo puede darse entre un hombre y una mujer.

Tampoco esta opción se menciona con mucha claridad, y se señala que los “servicios de bendición no podrán proveerse. Los sacerdotes deberán responder pastoral y sensatamente de otras maneras”. Todo ello para no “interferir con la discreción pastoral del clérigo” y dejando claro que entienden que “cualquier oración esté acompañada por discusión pastoral sobre las enseñanzas de la iglesia y sus razones para alejarse de ellas”. Por lo menos, la nueva directiva deja claro que los recién casados no podrán ser sometidos a un interrogatorio intrusivo que entre en detalles de su vida privada. Lo que viene a ser una manera de dar mano libre para que cada parroquia pueda decidir por sí misma, pero manteniendo estas ceremonias en un limbo legal. El detalle es parecido al que se aplica a las uniones civiles, también a las hetero, que pueden solicitar también esas “otras maneras” en lugar de una bendición. En cualquier caso esta opción está descartada para los curas, que sí pueden casarse en esta confesión, pero que no podrán participar en ningún caso en matrimonios gays. Y cualquier gay casado con un hombre no podrá ordenarse sacerdote. Los únicos que podrán serán los que permanezcan célibes.

Las nuevas directivas se han mandado acompañadas de una carta a las Iglesias anglicanas repartidas por el mundo, incluyendo las de países africanos donde los propios religiosos han apoyado la penalización de la homosexualidad. Al igual que ocurrió con la regañina de Welby a estas congregaciones, la misiva va firmada también por el arzobispo de York, el religioso de origen ugandés John Sentamu. Las recomendaciones hablan de una aceptación plena para las parejas gays, un punto importante en África:

Aquellas parejas del mismo sexo que elijan casarse deberían ser bienvenidas en la vida de la comunidad de adoración y no ver cuestionado su estilo de vida. Tampoco ni ellos ni los niños que estén a su cuidado deben ser negados de acceder a los sacramentos.

En la carta se habla de una nueva realidad que hay que aceptar y reconocen que los matrimonios gays tienen algunas de las virtudes de los matrimonios tradicionales:

Las relaciones del mismo sexo a menudo encarnan reciprocidad y fidelidad… dos de las virtudes que el Libro de Oraciones Comunes usa para ensalzar el matrimonio. La Iglesia de Inglaterra busca ver esas virtudes maximizadas en la sociedad. Reconocemos las muchas razones por las que las parejas quieren que sus relaciones tengan un status oficial. Estas incluyen la felicidad de un compromiso exclusivo y se extienden a la importancia del reconocimiento legal de su relación. A este fin, la unión civil sigue estando disponible para las parejas del mismo sexo.

En declaraciones anteriores a la toma de esta decisión Welby había advertido que no dar bendiciones a las parejas gays podía verse como una injusticia similar al racismo y había llamado a ser valientes.

Fuente Ragap

Mudejarillo General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Anglicana Bendición parejas del mismo sexo, Iglesia Anglicana, Justin Welby, Matrimonio